El propulsor “Super Heavy” del cohete Starship regresa a su plataforma de lanzamiento, en la base Starbase, cerca de Boca Chica, Texas, el 13 de octubre de 2024 (AFP/SERGIO FLORES)
La compañía estadounidense SpaceX intentará de nuevo este miércoles alcanzar la primera etapa de su megacohete Starship, el mayor y más potente jamás construido, una proeza técnica que sólo ha conseguido una vez.
La empresa del hombre más rico del mundo, Elon Musk, logró llevar a cabo esta impresionante maniobra el pasado mes de octubre, ante la mirada atónita de numerosos internautas y espectadores allí reunidos.
Pero un mes después, no logró reproducir este éxito frente al presidente electo Donald Trump, quien hizo el viaje.
Con 123 metros de altura y el tamaño de un edificio de unas 40 plantas, el Starship despegará en este séptimo vuelo de prueba a partir de las 16.00 hora local (22.00 GMT) desde una base espacial de la compañía situada en Texas.
Según el regulador de aviación estadounidense, está prevista otra ventana de lanzamiento para el jueves a la misma hora.
Tras el despegue, las dos etapas del cohete -el propulsor llamado Super Heavy y la nave espacial Starship que da nombre al conjunto- deben separarse y el propulsor debe iniciar su descenso para regresar a su plataforma de lanzamiento.
En lugar de aterrizar verticalmente como lo hacen los propulsores de otros cohetes, debe ser inmovilizado mediante brazos mecánicos instalados en la torre de lanzamiento. Una maniobra sin precedentes en la historia del desarrollo espacial.
– Impacto ambiental –
El jefe de SpaceX, Elon Musk, y Donald Trump durante un mitin de campaña en Butler, Pensilvania, el 5 de octubre de 2024 (AFP/Jim WATSON)
Este será el séptimo vuelo de prueba de Starship; el primero provocó explosiones, intencionadas o no, del dispositivo. Con cada nuevo vuelo, la empresa evoluciona su cohete.
Desde la última prueba, se han realizado “mejoras importantes”, en particular en el sistema de propulsión y en el escudo térmico, indicó SpaceX en su sitio. El miércoles intentará también un primer despliegue de carga en el espacio durante el vuelo.
La compañía está desarrollando sus cohetes a toda velocidad, apoyándose en múltiples lanzamientos de prototipos para corregir rápidamente los problemas encontrados en situaciones de vuelo reales.
Si este mantra le ha permitido tener éxito, ahora que SpaceX domina el mercado de los lanzamientos en órbita, no está exento de críticas.
Por ello, las asociaciones han presentado una denuncia contra las autoridades estadounidenses, acusándolas de haber evaluado mal el impacto medioambiental, a pesar de que la base espacial texana está situada cerca de zonas protegidas.
– ¿Carta blanca? –
El cohete Starship está diseñado para eventualmente ser completamente reutilizable, una característica que reduciría significativamente los costos y recursos necesarios.
Sin embargo, esta especificidad también permite aumentar el ritmo de los lanzamientos, que provocan en particular una importante contaminación acústica.
Cuando regrese al poder, se espera que Donald Trump levante una serie de regulaciones medioambientales, lo que preocupa a los residentes que viven cerca de la base, que temen que se dé carta blanca al rico Elon Musk.
El empresario, también jefe de Tesla y dueño de la red social con el gobierno.
Al contrario, pretende aprovechar su proximidad con el futuro presidente para llevar a cabo su proyecto de “colonizar Marte” gracias a Starship. Durante su campaña, Donald Trump prometió ir a “Marte antes del final de (su) mandato”.
Antes de volar al Planeta Rojo, este megacohete debería permitir inicialmente a la NASA enviar a sus astronautas de regreso a la superficie de la Luna.