La Agencia Europea de Seguridad Aérea (EASA) advirtió de los “elevados riesgos” que afrontan los aviones de pasajeros que sobrevuelan Rusia, debido a “deficiencias” de coordinación con el ejército, ilustradas según ella por el reciente accidente de un avión azerbaiyano.
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En un “boletín de seguridad sobre las zonas de conflicto” consultado el viernes, la EASA renovó su recomendación a las compañías aéreas de no utilizar el espacio aéreo ruso occidental, este último ya prohibido por Moscú a las compañías con base en la Unión Europea (UE), pero que sigue siendo utilizado por los chinos. Aviones de línea turca o del Golfo entre otros.
La zona en cuestión está situada “al oeste del meridiano 60 Este en todas las altitudes y en todos los niveles de vuelo”, añadió la agencia europea, que, independientemente de las medidas soberanas adoptadas por Rusia, recomienda evitar el sobrevuelo de una parte de este territorio desde la invasión de Ucrania en Febrero de 2022.
En su nuevo boletín, subrayó que el conflicto creaba el riesgo de ver “aviones civiles atacados de forma involuntaria (…) debido a posibles deficiencias en la coordinación entre las autoridades civiles y militares” durante la entrada en acción de la defensa aérea.
La EASA mencionó “incidentes en espacios aéreos que no habían sido cerrados por la Federación Rusa durante los ataques (…) esto crea altos riesgos para las operaciones de vuelo, como lo demuestra el incidente del vuelo 8243 de Azerbaiyán Airlines.
Treinta y ocho personas murieron en el accidente de este avión que operaba el 25 de diciembre entre Bakú y Grozni, capital de la república rusa de Chechenia.
El presidente Vladimir Putin admitió que el día del desastre se produjeron disparos de defensa aérea rusa debido a un ataque con drones ucranianos, pero el Kremlin se negó nuevamente el jueves a admitir responsabilidad, a pesar de la insistencia de Bakú.
Para la EASA, cuyo boletín se publicará al menos hasta el 31 de julio, Rusia “no ha demostrado ser plenamente capaz” de reducir los riesgos que sufre la aviación civil, vinculados al conflicto en su espacio aéreo.
La Agencia señaló que “ninguna compañía aérea europea sirve actualmente a Rusia ni utiliza su espacio aéreo”, ya que Moscú la cerró en represalia por las sanciones occidentales al inicio de la invasión de Ucrania.
“Sin embargo, varias compañías aéreas de terceros países siguen haciéndolo, a pesar de los riesgos relacionados con la guerra”, recordó la EASA.
Este es especialmente el caso de las empresas chinas, que se benefician de rutas más cortas que sus competidores europeos, pero también de las compañías aéreas turcas e indias, así como de las de los países del Golfo.
La EASA sólo puede emitir “recomendaciones”. Cada autoridad nacional de aviación civil, como la DGAC en Francia, sigue siendo libre de prohibir o restringir vuelos sobre países o áreas específicas a aerolíneas bajo su jurisdicción.