Inexorable, el avance ruso en el este de Ucrania continúa y hace temer un invierno oscuro para Ucrania, agotada energéticamente y ante el riesgo de una disminución de la ayuda estadounidense tras la elección de Donald Trump. Avanzar, recoger a los muertos, vendar las heridas y mordisquear el territorio: la mecánica insensible de los batallones rusos está bien establecida.
El de Kyiv está luchando por salir adelante. La situación ucraniana se complicó con la llegada de los primeros soldados norcoreanos a su territorio (son unos 10.000 según el Pentágono).
Un ejército ucraniano al que le faltan soldados
Las fuerzas terrestres de Ucrania han duplicado su tamaño en los 32 meses transcurridos desde que Rusia amplió su guerra contra Ucrania, señala Forbes. El Ejército, la Fuerza de Asalto Aéreo, la Infantería de Marina, las Fuerzas Territoriales y la Guardia Nacional se han ramificado en docenas de nuevas brigadas, cada una con hasta 2.000 soldados y cientos de vehículos.
Pero Ucrania todavía enfrenta, y lo ha estado haciendo durante varios meses, un problema de falta de personal. El martes 29 de octubre, las autoridades ucranianas anunciaron una nueva movilización de 160.000 hombres. Según Oleksandr Lytvynenko, secretario del Consejo de Defensa y Seguridad Nacional de Ucrania, esto debería permitir reponer las filas del ejército en un 85%, mientras que ““Se alistaron un total de 1.050 millones de ciudadanos” desde el comienzo de la invasión. Esta movilización debería extenderse a lo largo de los próximos tres meses, afirmó a la AFP una fuente del sector de la seguridad.
La política de movilización provocó una grave crisis de impopularidad para el gobierno de Zelensky en mayo, tras la entrada en vigor de una nueva ley de movilización, que rebajó la edad de reclutamiento de 27 a 25 años. La ley tampoco permitió el regreso de los soldados movilizados durante tres años o más, y facilitó el alistamiento y castigó más a quienes resistieron.
¿Dónde están la 13.ª Brigada Jager y la 88.ª Brigada Mecanizada?
Ante la falta de fuerza humana, parece que ha surgido otra iniciativa en las filas de Kiev: las falsas brigadas. En el espíritu de la famosa máxima “Finge hasta lograrlo” (“Finge hasta lograrlo”), el campamento ucraniano habría simulado en 2023 la llegada de dos contingentes, la 13.ª brigada Jager y la 88.ª brigada mecanizada, al distrito ucraniano de Varash, cerca de la frontera con Bielorrusia.
Así, durante el mes de febrero, cuentas en redes sociales publicaron fotografías de soldados y equipos de estas llamadas brigadas. Unas semanas más tarde, el distrito de Varash anunció que había unido fuerzas en la región.
Esta información fue desmentida por Militaryland, un colectivo que rastrea la estructura de las fuerzas de combate terrestres de Ucrania. Presa de las dudas, la célula pidió al Estado Mayor ucraniano en Kiev que confirmara la existencia de estas brigadas. Respuesta ? “En la estructura de las Fuerzas Armadas de Ucrania no existe ninguna entidad denominada 88.ª Brigada Mecanizada”. Una observación clara.
“Es muy probable que la 13.ª Brigada Jäger tampoco exista”Conclusión Militaryland. “Ambas unidades pueden ser una operación psicológica o, más probablemente, un pequeño grupo de soldados que se refieren informalmente a un pelotón o compañía con esos nombres”estimado Militaryland.
Sin embargo, sigue siendo posible que un grupo paramilitar voluntario y no oficial haya reclamado el nombre de 88.ª Brigada Mecanizada o 13.ª Brigada Jager, reconoce Forbes. Pero la energía desplegada para hacer pasar la unidad como una unidad del ejército es asombrosa. La hipótesis más probable sigue siendo la guerra psicológica, que implica la creación de un “señuelo” destinado a aumentar artificialmente la fuerza militar de Ucrania, para engañar a Rusia. Por eso, ambos bandos despliegan periódicamente vehículos señuelo (ya sean restos inoperativos o falsificaciones inflables) para desviar el fuego enemigo de los vehículos reales. Mientras tanto, el misterio persiste.
Este artículo se publicó originalmente el 7 de noviembre.