Según funcionarios estadounidenses y libios, Moscú está transfiriendo equipo militar sofisticado, incluidos sistemas avanzados de defensa aérea, desde sus bases sirias a Libia. Según se informa, aviones de carga rusos transportaron equipos de defensa aérea, incluidos radares para los sistemas de interceptación S-400 y S-300, a bases en el este de Libia controladas por el mariscal Khalifa Haftar, un hombre fuerte de la región apoyado a través de Moscú.
Esta maniobra es una extensión de la presencia rusa ya establecida en Libia, en particular a través del grupo Wagner, ahora bajo control del Ministerio de Defensa ruso. Los mercenarios de Wagner, que tienen estrechos vínculos con Haftar, utilizan sus instalaciones, incluida una base aérea, como punto de tránsito hacia otros países africanos.
El año pasado, funcionarios rusos se reunieron con Haftar para discutir los derechos de atraque a largo plazo en los puertos de Bengasi o Tobruk, dos ciudades ubicadas a 400 millas de las costas griega e italiana. Esta nueva expansión de la presencia militar rusa en Libia genera preocupación sobre las ambiciones estratégicas de Moscú en el Mediterráneo.
Este redespliegue podría modificar significativamente el equilibrio de fuerzas en la región, al tiempo que fortalecería la influencia rusa a las puertas de Europa.
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