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El Premio Europeo del Libro Jacques-Delors, del que el abogado franco-británico es presidente este año, premió el trabajo del historiador alemán Karl Schlögel: “El futuro está en juego en Kiev. Lecciones de Ucrania”. La oportunidad de volver a la situación en Ucrania.
Karl Schlögel es uno de los historiadores más prestigiosos de Alemania, autor de numerosas obras entre las que se incluye una inmersión en el universo estalinista: “Terror y sueño: Moscú 1937” (2008, sin traducir). Nacido en 1948 en Alemania Occidental, decididamente orientado hacia Europa, presenta fácilmente su elección de trabajar sobre la URSS como una pequeña provocación juvenil, mezclada con una fascinación por el mundo ruso y sus figuras legendarias. Fue en 2014, al comienzo de la guerra en Donbass, cuando comprendió que el imperialismo ruso todavía estaba muy vivo y que había que redescubrir la centralidad de los grandes territorios que lindan con sus fronteras. Éste es el objetivo que se propone en “El futuro está en juego en Kyiv. Lecciones de Ucrania” (Gallimard) donde logra dar vida a este mundo diverso y compuesto, “Europa en miniatura”formada por las ciudades de Kiev, Odessa, Yalta, Kharkiv, Dnipro, Donetsk… restauradas en toda su profundidad urbana, cultural y humana.
En un reportaje que le dedica en el sitio Laviedesidées.fr, la historiadora Catherine Gousseff menciona una obra “ejemplar en su altura de visión”donde el autor dibuja “en su impresionante conocimiento de los textos literarios, testimoniales e históricos, restaurando una polifonía donde todas las voces son audibles, donde los rusos también tienen la palabra”.
Es este gran historiador, políglota, a quien el jurado del Premio Europeo del Libro Jacques-Delors coronó este miércoles 11 de diciembre en Bruselas. El presidente del jurado, el fascinante escritor y abogado franco-británico Philippe Sands, explica así los motivos de esta elección:
¿Qué fue lo que lo hizo destacar en este trabajo?
Ucrania, por supuesto, que se inclina tanto hacia el este como hacia el oeste. La guerra de Rusia contra este país lleva mucho tiempo gestándose, un camino que se puede rastrear a través de Georgia, Chechenia y Siria.
Desde mis primeras visitas a Lviv, me di cuenta de la percepción general de una amenaza real, con carteles en las calles que representaban a Putin como un guerrero. Karl Schlögel tomó la iniciativa al reconocer los peligros y lo que iba a suceder. En los últimos días ha hablado contundente y claramente sobre la guerra de agresión de Rusia, que considera una amenaza fundamental para Europa, a la que hay que responder y contrarrestar.
Comparto sus preocupaciones, aunque reconozco la contribución de Europa y los Estados Unidos a la situación en la que nos encontramos hoy. Inmediatamente después de la agresión de febrero de 2022, pedí la creación de una nueva zona de fuga en gran parte de Ucrania y un tribunal especial sobre el crimen de agresión.
El estatus de un tribunal se está negociando actualmente bajo los auspicios del Consejo de Europa, y el retraso se debe a un enfrentamiento sobre cuánta inmunidad, si corresponde, debería concederse a Putin. (Esta cuestión, por supuesto, está muy presente en Francia, que se ha pronunciado sobre la inmunidad de Netanyahu, que, como Putin, es objeto de una orden de detención emitida por tres jueces del Tribunal Penal (tribunal internacional, órgano que ha determinado que el jefe de estado o de gobierno de un país que no es parte del estatuto de la CPI no puede reclamar inmunidad ante esta Corte).
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La situación en Ucrania representa un desafío fundamental para Europa y para nuestros valores más preciados: los derechos de las personas y los grupos, el Estado de derecho, la idea de gobernanza democrática, la libertad de expresión, etc.
Estos y otros principios fundamentales están en juego.
¿Estamos preparados para defenderlos, para defenderlos realmente?
De lo contrario, me temo que caeremos en un desastre aún mayor. Como prueba, señalo los discursos cada vez más frecuentes sobre los compromisos –no, llamémoslos por su nombre, apaciguamiento– necesarios para establecer la paz en la región.
¿Tenemos columna vertebral?