El desastre del 15 de abril de 2019 provocó estigma. Un trauma que nadie quiere revivir. Para evitar que un incendio de este tipo se repita, Notre Dame de París fue equipada con un dispositivo de última generación para luchar contra un posible estallido de llamas. Presentación.
Durante estos cinco años de construcción, mientras varios sectores hicieron todo lo posible para reconstruir Notre Dame de París de forma idéntica antes de la tragedia de abril de 2019, otros aprovecharon la oportunidad para instalar un sistema muy ingenioso. Un dispositivo del que ninguna catedral francesa había disfrutado hasta ahora.
Entre ellos se incluyen numerosos nebulizadores asociados a cámaras térmicas. A primera vista puede hacerte sonreír, pero en realidad el dispositivo es muy ingenioso. Al menor estallido de humo o detección de temperaturas más altas de lo normal por parte de las cámaras, los nebulizadores se activan y vierten gotas que formarán una neblina de agua. Una niebla que bajará casi instantáneamente la temperatura a 500 grados y sofocará así las primeras llamas.
Una red de tuberías de 2 kilómetros de longitud recorre toda la catedral y aspira el aire del edificio las 24 horas del día para analizar en tiempo real si hay humo o no.
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