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En nuestra búsqueda de bienestar y longevidad, un estudio reciente realizado por la Universidad Griffith destaca un secreto de la longevidad que es tan simple como efectivo: si Si cada persona mayor de 40 años adoptara el nivel de actividad del 25% más activo, la esperanza de vida podría aumentar 5,3 años de media (y hasta 11 años para los menos activos). Estos resultados resaltan cómo la actividad física es un pilar esencial de la longevidad y la salud.
El estudio se basa en un modelo predictivo basado en mediciones precisas del riesgo con herramientas tecnológicas modernas, lo que permite una comprensión más detallada del impacto de la actividad física en la mortalidad. Los beneficios más notables se observaron entre las personas en el cuartil menos activo, donde una hora adicional de caminata diaria podría agregar alrededor de 5,3 años de esperanza de vida, según el estudio, publicado en Revista británica de medicina deportiva.
Mayor longevidad a través de acciones simples
« Si las personas menos activas igualaran su nivel de actividad al de las más dinámicas, potencialmente podrían alargar su vida una media de 11 años “, explica el profesor Lennert Veerman, que dirigió el equipo de investigación, en un comunicado de prensa de la Universidad Griffith. Esta cifra superior (a los 5,3 años mencionados anteriormente) se debe a que tiene en cuenta los ingresos máximos posibles para quienes actualmente se encuentran en el nivel de actividad más bajo. Este hallazgo resalta el potencial de incluso un aumento modesto en la actividad física.
Al comparar la actividad física con otras intervenciones de salud, podría ser tan beneficiosa para la salud como dejar de fumar. Investigaciones anteriores han descubierto que cada cigarrillo puede reducir 11 minutos la vida de un fumador, mientras que una hora de caminata al día podría añadir 6 horas (por día) a la esperanza de vida de una persona sedentaria.
Actualmente, se recomienda que los adultos practiquen al menos 150 minutos de actividad moderada a la semana. Sin embargo, estos nuevos datos pueden impulsar la revisión de estas recomendaciones para fomentar niveles de actividad más altos, como sugieren los CDC.
Obstáculos a superar para una sociedad más activa
Además, estudios previos han demostrado que la actividad física regular no sólo aumenta la longevidad, sino que también mejora la salud mental y el bienestar general. Estos hallazgos están respaldados por una extensa investigación en el campo de la salud pública, incluida la realizada por la Escuela de Salud Pública de Harvard.
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Sin embargo, persisten las barreras culturales y sociales. En muchas regiones, el acceso limitado a espacios recreativos y la infraestructura urbana deficiente desalientan la actividad física. Para superar estos desafíos, se podrían implementar soluciones inspiradas en modelos internacionales, como la creación de vecindarios diseñados para caminar y andar en bicicleta, como recomienda la Organización Mundial de la Salud.
Integrar la actividad física en nuestras rutinas diarias no se trata sólo de alargar nuestra vida, sino de mejorar nuestra calidad de vida de forma sostenible. No se trata sólo de directivas políticas, sino de una invitación a redescubrir el placer y los beneficios del movimiento. Este enfoque holístico bien puede ser la clave para fomentar comunidades más saludables.