El alto el fuego firmado entre Israel y el Hezbolá libanés socava la estrategia de Hamás, que esperaba una escalada regional para ayudarle en su guerra contra el Estado judío, según responsables estadounidenses. Este hecho marca una victoria para la administración Biden, que buscó contener el conflicto y aumentar la presión sobre Hamás.
Incluso antes de que se anunciara el alto el fuego el martes, funcionarios palestinos y estadounidenses indicaron que el liderazgo político de Hamas parecía dispuesto a negociar, abandonando la estrategia de su ex líder Yahya Sinwar, eliminado el mes pasado por las fuerzas israelíes. Sinwar había apostado por una guerra total que involucrara a Hezbollah e Irán para derrotar a Israel después del ataque del 7 de octubre de 2023.
La ofensiva israelí contra Hezbolá, que ha diezmado sus dirigentes y sus reservas de armas de largo alcance, seguida de este acuerdo de alto el fuego, deja a Hamás cada vez más aislado. Irán, partidario de Hamás y Hezbolá, busca evitar una confrontación directa con Israel, particularmente después de la destrucción de sus sistemas de defensa aérea en octubre y la elección de Donald Trump.
El consejo político de Hamas ahora puede inclinarse por un acuerdo de alto el fuego si Israel acepta compromisos, en particular sobre la retirada de sus fuerzas de Gaza. El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, parece estar esperando que Trump asuma el cargo antes de cambiar su posición sobre las negociaciones con Hamás. Aunque Trump ha presionado a Israel para que “ponga fin” a la guerra en Gaza, es poco probable que ejerza una presión significativa sobre Netanyahu. Los funcionarios occidentales informan que Israel sigue siendo escéptico ante las propuestas estadounidenses y árabes para la gestión de Gaza después del conflicto. Netanyahu considera que los planes de administración de la Autoridad Palestina están condenados al fracaso, por temor a un rápido regreso de Hamás al poder. Algunos líderes de Hamás han discutido posibles concesiones, incluida una presencia israelí temporal en la zona fronteriza entre Egipto y Gaza (el eje de Filadelfia), aunque esta posición es rechazada oficialmente por la organización. Hamás, sin embargo, sigue dividido sobre su futuro papel en Gaza y el alcance de los compromisos que deben alcanzarse con Israel.
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