China considera que esta isla, gobernada de forma autónoma, forma parte de su territorio y dice estar dispuesta a reconquistarla por la fuerza si fuera necesario.
Beijing hizo públicas el viernes nuevas directrices judiciales que prevén la pena de muerte para casos “particularmente graves” contra partidarios “incondicionales” de la independencia de Taiwán, informaron los medios estatales.
Preguntado sobre estas nuevas sanciones legales, el presidente Lai respondió el lunes: “Quiero subrayar que la democracia no es el origen del crimen. La autocracia es el origen del crimen”.
“China no tiene derecho a castigar al pueblo de Taiwán por lo que defiende. China no tiene derecho a procesar a los taiwaneses fuera de sus fronteras”, insistió.
Los lazos entre los dos partidos se deteriorarán si China “no acepta la existencia de la República de China y no inicia intercambios (…) con el gobierno legítimo y democráticamente elegido de Taiwán”, añadió Lai, refiriéndose a Taiwán por su nombre oficial en la isla.
Estados Unidos también criticó las nuevas directrices judiciales.
El mes pasado, pocos días después de la toma de posesión del presidente Lai, China llevó a cabo maniobras militares alrededor de la isla, en reacción a un discurso del nuevo presidente, percibido por Pekín como una “admisión de la independencia de Taiwán”.
Durante 48 horas, China movilizó buques de guerra, aviones, soldados y lanzadores de misiles para rodear la isla.
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