Está surgiendo una nueva división dentro del aparato estatal israelí respecto a la estrategia a adoptar para la liberación de los rehenes retenidos en Gaza, mientras el establishment de seguridad y el poder político discrepan sobre el curso de acción a seguir frente a las demandas de Hamás, informa I24News .
Por un lado, altos funcionarios de seguridad abogan por un acuerdo global, incluso si eso significa suspender las operaciones militares, una condición sine qua non impuesta por Hamás. Afirman que es “la solución de última oportunidad” para liberar a los rehenes. Por otro lado, Benjamín Netanyahu y su gabinete mantienen una línea dura, favoreciendo “un acuerdo por etapas que permita la continuación de los combates hasta el colapso de Hamás”.
Esta división se produce en un contexto de negociaciones bloqueadas. Según fuentes cercanas al asunto citadas por Israel Hayom, Netanyahu expresó su pesimismo durante las recientes reuniones del gabinete de seguridad, señalando la intransigencia de Hamás sobre el cese de las hostilidades.
La propuesta egipcia de un “acuerdo mínimo” –que preveía la liberación de un número limitado de rehenes a cambio de una tregua temporal– fue rechazada categóricamente por Hamás, al igual que las propuestas formuladas durante la última cumbre en Qatar.
El domingo, el ministro de Defensa, Israel Katz, habló con altos funcionarios militares responsables del caso de los rehenes, incluido el mayor general Nitzan Alon. Katz negó cualquier motivación política en el manejo de este tema, pero no hizo comentarios sobre el actual estancamiento en las negociaciones con los mediadores.
Esta situación cristaliza las tensiones entre los distintos componentes del Estado israelí, mientras la presión por la liberación de los rehenes sigue creciendo dentro de la sociedad civil.
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