Todo parece otro tiempo. Kylian Mbappé tenía 18 años y vestía los colores del Mónaco. Pero ya, el que todavía era sólo un prodigio del fútbol francés estaba provocando cierta locura a su paso. Corría el verano de 2017 y el recién fichado por el Real Madrid había hecho escala en el Valais para realizar un curso de preparación con su entonces club.
Fue en Saillon donde se vio a Mbappé. Fue allí donde el AS Monaco decidió instalarse por unos días. El Hôtel des Bains como residencia, el campo del estadio Saint-Laurent para entrenar. Pero incluso entonces, al chico de Bondy le resultó difícil pasar desapercibido. Hay que decir que acababa de explotar al más alto nivel durante la temporada 2016-17, ayudando a llevar al ASM a las semifinales de la Liga de Campeones.
Su nombre ya estaba en boca de todos, los grandes clubes europeos luchaban por hacerse con sus servicios. En Instagram ya tenía 1,7 millones de suscriptores. Lejos de los 117 millones actuales, pero que ya le convertían en un jugador doblado. Tanto es así que Le Matin ya había viajado a Valais para seguir los pasos del prodigio. Pero el joven ya estaba protegido: ningún anuncio sobre la hora de llegada de la delegación monegasca, un responsable de comunicación que se negó a cualquier declaración.
Porque era sobre el terreno donde tenía que hablar. Durante esta semana suiza, Kylian Mbappé y el Mónaco participan en tres partidos amistosos: en Martigny contra el Stoke City de Xherdan Shaqiri, en Bagnes contra el PSV Eindhoven y en Montreux (breve escapada vaudois) contra el Fenerbahçe. Mbappé juega, pero no marca goles.
No importa, los fans jóvenes sólo tienen ojos para él, obviamente. Invaden el campo, lo esperan a la salida del vestuario. Y allí, el joven Mbappé se muestra cooperativo: se hace fotos y firma autógrafos. “Déjenme ir con ellos un momento, no arriesgaré nada”, dijo a los miembros de seguridad que lo rodeaban. Comunicador experto. Y ya pensamos que el futuro reservado para él será glorioso.
Mbappé esperará hasta el último día del mercado de fichajes para fichar por el Paris Saint-Germain por 180 millones de euros, con el desenlace que conocemos.
