La NASA observa algo desconocido a 90 km de la Tierra, los científicos sospechan

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La Estación Espacial Internacional ha detectado algo desconocido en la atmósfera, pero que podría tener consecuencias inesperadas.

La Estación Espacial Internacional (ISS), ocupada permanentemente por una tripulación internacional, tiene la misión de realizar investigaciones científicas en el entorno espacial. Este programa está liderado por la NASA pero también participan las agencias espaciales rusa, europea, japonesa y canadiense. En noviembre de 2023, la estación instaló un nuevo instrumento de medición: el Experimento de Ondas Atmosféricas. Este sensor es capaz de estudiar las ondas atmosféricas. Gracias a esto, los científicos hicieron una observación sorprendente.

El pasado mes de septiembre, mientras el huracán Helene azotaba Estados Unidos, se detectaron ondas atmosféricas en la mesosfera, como informó la NASA en un comunicado de prensa. La mesosfera es una capa de la atmósfera situada entre 50 y 90 kilómetros sobre la Tierra. Las temperaturas allí son muy frías, alrededor de -100 grados. Si bien esta capa está poco estudiada, en 2021 todavía se comprobó que los gases de efecto invernadero habían provocado una contracción de esta última.

Según los investigadores, estas ondas formadas en el aire recientemente observadas fueron causadas por los poderosos vientos y las precipitaciones de la tormenta. A continuación, la NASA difundió imágenes del movimiento de estas ondas, que se encuentran entre las primeras que el dispositivo hace públicas. Esto confirma que “el instrumento tiene la sensibilidad necesaria para revelar los impactos de los huracanes en la atmósfera superior de la Tierra”.

© NASA

De hecho, esta observación pone en perspectiva las repercusiones de los fenómenos meteorológicos incluso en regiones distantes de la atmósfera. Se establece así un vínculo entre los fenómenos terrestres y las capas de la atmósfera. “Esta información nos ayuda a comprender mejor cómo el clima terrestre puede afectar el clima espacial”, resume la NASA.

Sin embargo, estas olas no están exentas de consecuencias. Al alterar la densidad del aire en la mesosfera, se pueden perturbar los satélites en órbita, cuyas trayectorias son muy sensibles. También puede obstaculizar, aunque sea mínimamente, los equipos espaciales utilizados para las telecomunicaciones o la navegación. Gracias al instrumento de la ISS, los científicos esperan ahora anticipar mejor estas perturbaciones. Reforzando los modelos predictivos sería posible desarrollar estrategias de ajuste para los satélites.

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