Según la NASA, el despegue de la nave espacial Starliner de Boeing debería tener lugar este miércoles.
Un problema técnico de última hora obligó a la agencia a cancelar la prevista el pasado sábado.
Con este vuelo, Boeing quiere transportar por primera vez a astronautas de la NASA a la Estación Espacial Internacional (ISS).
¿Starliner finalmente en las estrellas? Después de cancelar, a menos de cuatro minutos, el despegue de su nave debido a un problema técnico, Boeing realizará un nuevo intento este miércoles 5 de junio a las 10:52 am EDT, o las 4:52 pm hora francesa. Por ahora, el tiempo está del lado del fabricante, siendo un 90% favorable, según la NASA. Esto debería permitir transportar por primera vez a los astronautas de la NASA a la Estación Espacial Internacional (ISS).
Los astronautas Butch Wilmore y Suni Williams, dos veteranos del espacio, serían impulsados a órbita el sábado por un cohete Atlas V del Grupo ULA desde Cabo Cañaveral, Florida. Ya estaban instalados a bordo de la cápsula Starliner, en la parte superior del cohete, cuando la cuenta atrás fue detenida abruptamente por un ordenador que comprobaba automáticamente los últimos parámetros antes del despegue.
Reveses repetidos
Los ingenieros de ULA pudieron identificar la causa de la falla, que parecía ser un sistema de energía crítico para el funcionamiento de varias placas de computadora. La pieza defectuosa fue retirada, inspeccionada y sustituida, sin que se observara ningún daño. Ya se han realizado pruebas y todos los equipos “funcionan con normalidad”, especifica la NASA en una entrada de blog en su sitio. Mientras tanto, el cohete ha sido colocado en una configuración segura. Los dos astronautas están en cuarentena a la espera de la próxima prueba.
La cancelación del sábado supone un nuevo revés para esta misión, que ya lleva años de retraso. A principios de mayo, el despegue ya había sido cancelado en el último momento debido a un problema con una válvula del cohete, que desde entonces ha sido cambiada. Luego se descubrió una pequeña fuga de helio en uno de los propulsores del barco. Pero se decidió no repararlo, lo que habría requerido el desmantelamiento de Starliner. Según la NASA, no representa ningún peligro y no se expandió durante los preparativos para el vuelo del sábado por la mañana.
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Estos contratiempos fueron sólo los últimos de una serie de sorpresas desagradables para Boeing, ya sacudida por problemas de seguridad en sus aviones. En 2019, durante una primera prueba sin tripulación, la nave no pudo situarse en la trayectoria correcta y regresó sin llegar a la ISS. Luego, en 2021, un problema con las válvulas bloqueadas de la cápsula obligó a posponer un nuevo intento. El vehículo vacío finalmente logró llegar a la ISS en mayo de 2022. Otros problemas descubiertos posteriormente, en particular el frenado de los paracaídas de la cápsula durante su regreso a la atmósfera, provocaron nuevamente retrasos.
Con el lanzamiento de Starliner, la NASA espera hacer realidad un proyecto iniciado hace varios años. De hecho, desde hace una década, la agencia encarga dos nuevos vehículos a las empresas estadounidenses Boeing y SpaceX para transportar a sus astronautas a la ISS. SpaceX ya lleva cuatro años desempeñando este papel de taxi espacial. Boeing se juega así su reputación en esta misión de prueba, que deberá demostrar que su barco es seguro antes de iniciar misiones regulares a la ISS. Para la NASA, también hay mucho en juego: disponer de un segundo vehículo le permitiría gestionar mejor posibles situaciones de emergencia.
