Es un hecho lamentablemente bien establecido: a escala global, el nivel del mar está aumentando debido al cambio climático. Pero a escala local, el hundimiento costero, es decir el hundimiento de las costas, puede agravar este fenómeno al provocar una mayor subida relativa del nivel del mar. Por lo tanto, para hacer frente a los riesgos asociados, es esencial evaluar cuidadosamente el alcance de este fenómeno. Rémi Thiéblemont, de la Oficina de Investigaciones Geológicas y Mineras (BRGM), y sus colegas han elaborado el primer mapa europeo de los movimientos verticales de las llanuras aluviales costeras.
“Este mapa es el resultado de la combinación de dos tecnologías”, explica Rémi Thiéblemont: la estimación de los movimientos verticales del terreno medidos por GPS y el método de interferometría del radar satelital. El GPS permite obtener mediciones absolutas en grandes áreas pero con espacios donde no hay estaciones GPS, mientras que la interferometría de radar satelital permite mapear el hundimiento de un punto con respecto a otros, de manera muy localizada. » Gracias a la combinación de los dos tipos de datos proporcionados por el Servicio Europeo de Vigilancia del Movimiento Terrestre, los investigadores establecieron un mapa que es a la vez muy preciso y cubre toda Europa en un marco de referencia geocéntrico absoluto.
Según sus resultados, el 50% de la superficie total de las llanuras aluviales costeras de Europa experimenta hundimientos superiores a 1 milímetro por año. Pero esta cifra esconde una gran diversidad de situaciones nacionales y locales: la mayoría de los países del norte de Europa se están recuperando, mientras que otros, como los Países Bajos, Italia o Grecia, están experimentando una disminución de más del 75% de sus costillas. Algunos lugares se están hundiendo muy rápidamente, como la región de Groningen (en los Países Bajos), la llanura del Po (en Italia) o la región de Salónica (en Grecia). El estudio reveló incluso una zona de hundimiento hasta ahora desconocida, la ciudad de Schiavonea (en Italia) y sus alrededores, que, al igual que las zonas mencionadas anteriormente, se hunden más de 5 milímetros al año.
Las causas de este hundimiento son numerosas y varían según el contexto. El repunte posglacial vinculado al derretimiento del casquete polar escandinavo, al final de la última glaciación, provocó, por ejemplo, el ascenso de los países del norte y el hundimiento de las regiones que los rodean. “Las causas naturales incluyen también los movimientos tectónicos”, añade Rémi Thiéblemont, “así como la acumulación de sedimentos en los deltas, como el de la llanura del Po, que provocará una compactación natural. Pero también hay fenómenos antropogénicos: la extracción de fluidos (agua, gas, etc.) bajo la superficie, como en la región de Groningen; la compactación de sedimentos provocada por infraestructuras pesadas, como construcciones en terrenos blandos junto al mar; o incluso el drenaje de turberas. »
Si el estudio abarca un período corto (2015 a 2021), Rémi Thiéblemont y sus colegas ya van más allá: “El objetivo es poder hacer proyecciones de los movimientos verticales del suelo, para poder acoplarlos a las proyecciones del aumento del nivel del mar causado por el cambio climático. » Esta combinación permitiría así orientar proyectos locales de adaptación y desarrollo ante el inexorable aumento de los océanos.