Prunus persica ofrece así numerosas variedades de melocotones: aquellos que se caracterizan por su pulpa jugosa de color amarillo o blanco, así como por su piel sedosa. Pero también nectarinas y nectarinas, casi gemelas por fuera: ambas tienen una pulpa roja muy suave con bordes de color blanco amarillento. Para distinguirlas, a menudo es necesario llegar al hueso: se describe como “libre” para la nectarina, porque se desprende fácilmente de la pulpa. El del brugnon es “adherente”: se “pega” a la pulpa del fruto y por tanto se separa de él con menor facilidad.
Beneficios de las vitaminas
Los tres frutos se caracterizan por su riqueza:
en agua: alrededor de 87 g por 100 g. Son, por tanto, muy hidratantes en vitamina C, potente antioxidante e imprescindible para el buen funcionamiento de nuestro organismo, con una cantidad ligeramente superior en el melocotón: 6,6 mg por 100 g frente a los 5,4 de la nectarina y el brugnon en vitamina E; eficaz para proteger las células del estrés oxidativo (1,27 mg/100 g para el melocotón frente a 0,77 mg/100 g para el brugnon y la nectarina en potasio que contribuye al buen funcionamiento del sistema nervioso y al mantenimiento de la presión arterial normal (215 mg/100 g frente a 201); ). En cambio, su aporte de fibra resulta ser aproximadamente el mismo: entre 1,6 y 1,7 mg por 100g.
Por supuesto, puedes comerlos crudos para beneficiarte de sus beneficios vitamínicos, por ejemplo con yogur o requesón. O cocidos, al horno o a la sartén.
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