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Esto es para brindar ayuda adicional a los cuidadores. “Esto no tiene nada que ver con dificultades de contratación”, señala Isabelle Bilas-Briquet, directora del Ehpad (hospital para personas mayores dependientes), que obtuvo una financiación excepcional de la Agencia Regional de Salud para probar este dispositivo. Y desde entonces ya no se trata de prescindir de él. Se han instalado cajas en cada habitación, y sólo están activas por la noche, de 21 a 21 horas.
Registran constantemente ruidos, pero no conversaciones, que luego son analizadas por una inteligencia artificial desarrollada por la startup bretona OSO-AI. Tan pronto como se detecta un sonido sospechoso, la IA envía una alerta a un teléfono disponible para los cuidadores, quienes luego pueden escuchar en vivo lo que está sucediendo. “Si tuviéramos que prescindir ahora, sería más complicado”, asegura Valérie Sennavoine, auxiliar de enfermería, a menudo obligada a trabajar en turnos nocturnos en el establecimiento.
“Sabemos inmediatamente si hay algún problema y si necesitamos intervenir. »
ayuda diaria
“Damos vueltas por las habitaciones cuatro o cinco veces cada noche. Y allí nos enteramos inmediatamente si hay algún problema y si debemos intervenir”, añade. El caso más común de intervención son las caídas nocturnas. Los residentes siempre conservan su botón de llamada, pero no siempre lo llevan consigo. “ARI (el nombre del buzón) representa la mitad de las llamadas que recibimos”, afirma Valérie Sennavoine.
Un sistema que no podría haber sido más sencillo de instalar, para Alexis Cerf, encargado de mantenimiento del establecimiento. “Todo lo que teníamos que hacer era enchufar las cajas a un tomacorriente y conectarlas”, dice. “El único problema que encuentro es que los residentes los desconectan cuando necesitan un tomacorriente”, explica con una sonrisa.
“El sistema me envía automáticamente un correo electrónico para notificarme que un buzón en particular está desconectado”. Basta un poco de tiempo para que la IA “aprenda” a conocer a cada residente, a distinguir lo que es normal de lo que no lo es, como el sonido de un bastón al caer al suelo, “porque muchas veces hay alguien en el lugar”. final del bastón”, añade el director.
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Una suscripción mensual de 3.000 euros
El dispositivo está demostrando ser tan eficaz que se prepara para ser utilizado no sólo de noche, sino también de día. “Nos dimos cuenta de que varias personas se habían caído en sus habitaciones a mitad del día”, explica Isabelle Bilas-Briquet, según la cual, el sistema también permitió llamar a los servicios de emergencia después de que la IA detectara dificultad respiratoria en un residente. . Inicialmente, este seguimiento constante se brindará a las personas atendidas dentro de la Unidad Protegida, que presenten trastornos de conducta o padezcan la enfermedad de Alzheimer.
Para el establishment, sin embargo, la inversión sigue siendo bastante elevada. Su implementación costó 39.000€. Una suma a la que hay que sumar una suscripción mensual de 3.000€. Sin embargo, para el director, los beneficios que aporta esta IA como ninguna otra bien valen la pena. Sobre todo porque la empresa es “particularmente atenta y receptiva” cuando los cuidadores les envían comentarios por correo electrónico, después de cada intervención activada por el sistema, para mejorarlo aún más.