una factura de 23,7 mil millones para el EPR de Flamanville

una factura de 23,7 mil millones para el EPR de Flamanville
una factura de 23,7 mil millones para el EPR de Flamanville
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El Tribunal de Cuentas publica un informe crítico sobre la energía nuclear francesa, destacando los costes adicionales de la obra de construcción del EPR de Flamanville y los desafíos financieros y organizativos relacionados con el programa EPR2.

Los costos nucleares se están disparando

El último informe del Tribunal de Cuentas arroja duras luces sobre la industria nuclear francesa, de la que EDF es el principal actor. El centro EPR de Flamanville, que entró en servicio en diciembre con doce años de retraso, vio cómo sus costes aumentaron de 3.300 millones de euros en 2007 a 23.700 millones en 2023. Este vertiginoso aumento se explica por los retrasos, los ajustes técnicos y la inflación. El Tribunal subraya que para alcanzar una rentabilidad del 4%, el megavatio hora producido tendría que venderse a 122 euros, muy por encima del precio objetivo de 70 euros previsto a partir de 2025.

Esta inflación de costos no es un caso aislado. También se ven afectados los seis reactores EPR2 previstos para modernizar el parque nuclear francés. Estimado en 79,9 mil millones de euros en 2023, el programa representa un aumento del 30% con respecto a las previsiones iniciales. EDF espera reducir costos a través de la experiencia y la producción en masa, pero los desafíos siguen siendo numerosos. El Tribunal recomienda obtener financiación y perfeccionar los estudios de diseño antes de tomar una decisión final, prevista para 2026 como muy pronto.

Un futuro incierto para el sector

El Tribunal de Cuentas también advierte de los riesgos que pesan sobre todo el sector nuclear francés. La falta de una decisión firme sobre el programa EPR2 obstaculiza los compromisos industriales y amenaza la formación de futuros técnicos e ingenieros. EDF, por su parte, sigue trabajando en la optimización de los procesos, al tiempo que aboga por las perspectivas de exportación, consideradas cruciales para la competitividad del sector.

Los proyectos internacionales, aunque estratégicos, no están exentos de críticas. El Tribunal considera que EDF debería evitar cualquier compromiso riesgoso en el extranjero hasta que se estabilice el programa francés. Como ejemplo, cita el proyecto británico Sizewell C, del que EDF es el principal financiador desde la retirada de sus socios. A esto se suma los resultados dispares de la finlandesa Olkiluoto EPR, cuyo coste final se cuadruplicó respecto a las previsiones iniciales.

Para EDF, estos desafíos subrayan la necesidad de una visión clara y un fuerte apoyo del accionista estatal. Pero el Tribunal advierte: si persisten los costes adicionales y los retrasos, el programa EPR2 podría comprometer permanentemente la competitividad de la industria nuclear francesa.

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