El debate sobre el restablecimiento de la pena de muerte ha vuelto a nuestra actualidad tras una serie de asesinatos (homicidios sin premeditación) y asesinatos (homicidios con premeditación, por tanto considerados asesinatos con circunstancias agravantes). ¿Debemos dar golpe por golpe sabiendo que ciertos principios de la República son distintos de un dogma religioso? El argumento más común es la disuasión: matar a quienes matan para desalentar o incluso prevenir el asesinato).
Ley de represalias y errores judiciales
¿Hemos pensado en todos los aspectos de la cuestión, incluidos los errores judiciales? ¿Qué pasaría si todas las pistas fueran suficientemente consistentes y los gritos de la multitud tan fuertes? Por tanto, ¿qué pasará después si todas las circunstancias combinadas acaban ganando el convencimiento interno de los jueces y jurados y el presunto culpable cae bajo el ámbito de la ley? ¿Qué hacer si, mucho tiempo después de ejecutada la sentencia, nos damos cuenta de que el condenado era inocente y que el verdadero culpable había acabado confesando? ¿Cree que esa compensación sería suficiente para reparar el error? ¿Deberíamos corregir una injusticia con otra injusticia? No, la justicia debe ser justa.
La garantía de una justicia justa
¿Qué pasaría si el Estado, a través de su sistema de justicia, matara deliberada y erróneamente basándose en acusaciones y sospechas? ¿Propondrán, en última instancia, los partidarios de la pena de muerte los medios, el método que se utilizará para ejecutar la pena? ¿Por fusilamiento, decapitación, ahorcamiento, inyección letal, electrocución, gaseamiento? ¿Cómo va la delincuencia en los países que han adoptado la pena de muerte? Ciertamente, debe haber reparación para la víctima y protección de la sociedad contra individuos que son peligrosos de poner a salvo y que, desde el punto de vista económico, resultan costosos durante su prolongada estancia en prisión.
Sin embargo, al emprender rápidamente la tarea, no debemos conocer sólo un lado de esta cuestión tan compleja. Merece una reflexión profunda que tenga en cuenta todos sus aspectos: jurídico pero también humano, social, económico, cultural y de seguridad.
Doctor Biram Ndeck NDIAYE, jurista y autor