El terruño único del Domaine des Feux Follets, situado cerca del río Saint-Laurent, ofrece un microclima que protege las vides de los caprichos del clima. “La proximidad del río actúa como un escudo natural, retrasando las heladas otoñales y los deshielos primaverales, algo fundamental para nuestras variedades de uva”, subraya Frédéric. Aquí, las plantas adaptadas al clima de Quebec, como el Frontenac blanc y el Petit Pearl, se cultivan con esmero para expresar plenamente la riqueza de este terruño particular.
Los propietarios han elegido barricas de cerámica importadas de Italia, una alternativa innovadora a las tradicionales barricas de roble. “Nos permiten conservar la pureza de los aromas sin alterar el sabor del vino con notas amaderadas”, explica. La finca también apuesta por prácticas ecológicas y métodos naturales para el mantenimiento de las vides. “Utilizamos el viento local para secar las hojas, lo que reduce el riesgo de enfermedades y nuestra necesidad de fungicidas”, afirma.
Técnicas como el “peinado” mejoran la aireación de los racimos y optimizan su exposición al sol.
Domaine des Feux Follets encarna una nueva generación de viticultores que reinventan la industria vitivinícola de Quebec al enfrentar los desafíos climáticos. “Queremos demostrar que Quebec puede producir productos de alta calidad, incluso en condiciones difíciles”, declara con determinación el propietario.
“Esperamos que nuestra pasión atraiga a los amantes de los buenos vinos y que Quebec brille aún más gracias a sus vinos excepcionales”, concluye con orgullo. (JST)
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