Ginebra: comprenda todo sobre la pasarela del Mont-Blanc

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Comprender todo sobre la votación en el puente peatonal del Mont-Blanc

Proyecto arquitectónico, costo, impacto en términos de movilidad, equilibrio de poder político: preguntas y respuestas sobre la votación municipal del 24 de noviembre.

Publicado hoy a las 05:00

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En resumen:
  • La población de la ciudad de Ginebra vota el proyecto del puente peatonal
  • El coste de construcción se estima en 54 millones de francos.
  • Partidarios y opositores chocan sobre la utilidad del proyecto, especialmente en términos de movilidad.

¿Se construirá pronto una nueva estructura aguas arriba del puente del Mont-Blanc? Ésta es la pregunta formulada a la población de la ciudad de Ginebra durante las votaciones del 24 de noviembre. Apoyado por el Consejo de Administración durante una década, aceptado por el consejo municipal En febrero, por amplia mayoría, el proyecto del puente peatonal fue atacado en referéndum por un colectivo de ciudadanos, en su mayor parte miembros activos de asociaciones de protección del patrimonio.

Esta semana, el restaurante La Potinière, en el Jardín Inglés, acogió la rueda de prensa de los partidarios de la pasarela y luego, con 24 horas de diferencia, la de los opositores. Características del proyecto arquitectónico, coste, impacto en el puerto o en términos de movilidad: intercambio de argumentos entre dos bandos irreconciliables.

¿En qué consiste el proyecto?

Con una longitud de 234 m, la pasarela está prevista aguas arriba del puente del Mont-Blanc, ligeramente inclinada respecto a éste. Estará construido en acero, sostenido por un único pilote de hormigón. Una “proeza técnica”, lo reconocemos incluso en el comité del referéndum, que, sin embargo, critica la huella de carbono del próximo proyecto, que requerirá en particular “1.500 toneladas de acero”.

La pasarela, de 4,8 metros de ancho, estará revestida en toda su longitud por un banco de madera, resguardado por un muro de 1,5 metros de altura. Un “paseo junto al agua”, poetiza el Vert’libéral Yves Herren.

Este proyecto es el ganador de un concurso internacional lanzado por la ciudad en 2011. Seleccionado entre una cincuentena de candidatos, es obra del despacho de Ginebra Pierre-Alain Dupraz arquitectos e Ingeni SA. Para ser compatibles con la actividad de las embarcaciones de la CGN (Empresa General de Navegación), los planos tuvo que ser reelaborado. Resultado: la pasarela se acercó al puente y se trasladarán dos embarcaderos de la CGN.

Liberada de peatones, la acera aguas arriba del puente del Mont-Blanc se convertirá en un carril bici de doble sentido. Status quo para la acera del lado de Bel-Air.

¿Quién lo apoya? ¿Quién se opone a ello?

Una alianza “sin precedentes” –para utilizar las palabras de su líder, la diputada socialista Nicole Valiquer Grecuccio– defiende el proyecto. Abarca casi todo el espectro político, desde los Verdes y los socialistas hasta el PLR y la UDC, pasando por el Centro y los Vert’liberales. Sólo el MCG se opone, en línea con su negativa al Concejo Municipal. Dividido, el Ensemble à Gauche se queda atrás, con la excepción del Partido Laborista, comprometido con el voto negativo.

Varias asociaciones, acostumbradas a luchar por cuestiones de movilidad, están esta vez del mismo lado: Pro Vélo, Pedestrian Mobility y ATE hacen campaña a favor de la pasarela junto con TCS y Genèveroule, lobby de movilidad profesional. También están alineados los sectores empresarial, económico, turístico y de la construcción. Y el Consejo de Estado es para.

Es necesario matizar un poco esta amplia unidad política. Se expresan voces discordantes dentro de varios partidos. En febrero, el apoyo del grupo PLR se redujo a un voto. El diputado ecologista Philippe de Rougemont, que forma parte del comité de Ville Verts, se pronunció hace unos días De la carta de un lector de “Le Courrier”cuestionando la utilidad de construir “un puente más”. En la rueda de prensa de los opositores estuvieron presentes dos concejales municipales, un centrista y un UDC.

Los opositores, de hecho, agrupan a las cuatro asociaciones de defensa del patrimonio. Su figura principal es la historiadora del arte Leïla El-Wakil, que ya estuvo en el origen de el fracaso de la Cité de la musique en las urnas. La diferencia con 2021 es que los Verdes están esta vez en el campo contrario. “Es la batalla de los pequeños David de la sociedad civil contra los grandes Goliat del poder establecido”, proclama el activista de SOS Patrimoine CEG (Contra la fealdad de Ginebra).

¿Qué costo?

Según las autoridades, la construcción de la pasarela costará 54 millones de francos. Esta cantidad está financiada por varias entidades: la Confederación (mediante una subvención de 5 millones de francos siempre que la obra se construya antes de finales de 2027), el Cantón (13 millones de francos), la imprescindible Fundación Hans Wilsdorf (10 millones de francos) y por tanto, la ciudad, por valor de 26 millones de francos.

Es este último monto el que fue validado por el Consejo Municipal y luego atacado en referéndum. Por eso la decisión la tiene únicamente la población de la ciudad. Dado que la movilidad entre ambos bancos afecta a todo el cantón, a Ivan Slatkine le hubiera gustado que toda la población ginebrina pudiera votar. “Esperamos que los habitantes de la ciudad no se miren simplemente el ombligo”, afirma el presidente de FER Ginebra.

El coste es considerado “exorbitante” por los referendos. Calculan el equivalente a 230.000 francos por metro. “Todos los proyectos de movilidad, a menudo orientados al automóvil, cuestan mucho más”, pone en perspectiva Patrick Lacourt, de Pedestrian Mobility. En cuanto a la duplicación de la factura En comparación con las primeras cantidades articuladas, el UDC Christo Ivanov lo atribuye al aumento del precio de los materiales relacionado con la guerra en Ucrania.

¿Qué impacto en el puerto?

Para los partidarios, el proyecto arquitectónico ayudará a que Ginebra “brille”. Para los opositores, “tratamos de bloquear” la vista del puerto. Sobre todo porque el sector se beneficia de un plan territorial, un reglamento que limita las intervenciones.

“Consideramos que altera el paisaje tal como fue diseñado y conservado”, afirma Valéry Clavien, de Patrimoine Suisse Ginebra, que observa “una proximidad problemática” con el puente, también protegido. “Esto provoca una acumulación de redes mal pensadas en el corazón de la ciudad”, lamenta el experto.

Por su parte, las autoridades recuerdan en el folleto de votación que el proyecto de la pasarela aparece en los planes directores del Cantón y de la Ciudad, así como en la imagen rectora del puerto.

¿Qué efectos en términos de movilidad?

Punto de partida: la situación actual es caótica. Ya sea a pie o en bicicleta, cruzar el puente del Mont-Blanc es una experiencia dolorosa e incluso peligrosa, sobre todo teniendo en cuenta la proximidad de los coches. “Hoy en día, en bicicleta, hay que cruzar siete carreteras para ir desde el muelle del Mont-Blanc hacia Eaux-Vives”, señala el concejal centrista Roger Gaberell. Más de 15.000 peatones cruzan el puente cada día.

Gracias a la pasarela se “separarán” los distintos flujos (coches, ciclistas y peatones). Suficiente para mejorar la seguridad y ofrecer “una solución clara a toda la movilidad”, subraya Nicole Valiquer Grecuccio.

Si los partidarios acogen con satisfacción la realización de la ciclo U alrededor del puerto, los opositores creen que la pasarela no resolverá en modo alguno los conflictos de uso en los puntos de acceso al puente y a la pasarela en el futuro. Predicen, entre otras cosas, “caos” en el Jardín Inglés. “Delante del Reloj de Flores y del Edificio Nacional quedará intransitable”, señala Miguel Bueno, de SOS Patrimoine CEG.

El vicepresidente de la Ville Verts, Cyril Alispach, reconoce que “no todo está resuelto”. “Tenemos que empezar bien. Habrá otros arreglos”, insiste Yves Gerber, director de TCS. El socialista Manuel Zwyssig recuerda que su partido ha presentado un texto proponiendo trasladar el Reloj de Flores.

¿Qué pasa si no?

“No existe un plan B”, afirma Nicole Valiquer Grecuccio. Lo que los oponentes admiten a medias. Alguno proponen una nueva ampliación del puente del Mont-Blanc. Un escenario poco realista. Otros abogan por la eliminación de uno de los cinco carriles dedicados a los automóviles en el puente, en línea con el objetivo del Plan Clima de reducir el tráfico motorizado individual en un 40% de aquí a 2030. Rechazo en bloque de los círculos automovilísticos y económicos. “Es una lucha que nunca ganaremos dadas las mayorías políticas”, observa el exsocialista Roger Deneys, de Pro Vélo.

¿Y si es así?

La construcción comenzaría en 2025. Las obras deberían durar dos años. Inauguración en 2027.

Paneles de discordia eliminados

Esta semana, el Ayuntamiento ha retirado los paneles informativos sobre el proyecto instalados cerca del puente del Mont-Blanc. La iniciativa de la magistrada Frédérique Perler había sido criticada por algunos opositores, denunciando la propaganda a favor de la pasarela. Se presentaron dos recursos ante los tribunales, incluido uno del MCG. El Departamento de Planificación, a través de su portavoz Anaïs Balabazan, asegura que esta retirada “no está vinculada” al procedimiento legal y que la decisión se tomó porque los ciudadanos “están empezando a recibir los equipos de votación”.

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Théo Allegrezza Es periodista de la sección de Ginebra. En particular, cubre noticias políticas en la ciudad de Ginebra. Anteriormente fue corresponsal independiente en Tesino. Graduado de Sciences Po Paris.Más información @theoalegrezza

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