El gigante siderúrgico chino Jingye Group se embarca en un importante proyecto estratégico que unirá Nigeria, Marruecos y Europa a través de un gasoducto cuyo coste se estima en 26 mil millones de dólares. Esta ambiciosa infraestructura, planeada para transformar la dinámica energética y económica de África Occidental, promete fortalecer las conexiones energéticas regionales y al mismo tiempo allanar el camino para el desarrollo económico sostenible.
Según informes de los medios, Jingye Group, que se especializa en la producción de acero, desempeñará un papel clave en este proyecto al proporcionar productos de acero de alta calidad. Zhang Yuanyuan, vicepresidente de la división de marketing internacional del grupo, dijo que el objetivo de la compañía es entregar materiales metalúrgicos de primera categoría para este proyecto a gran escala. Este compromiso se basa en la experiencia industrial de Jingye, reforzada por las capacidades de su filial británica, Jingye British Steel, que adquirió en 2020.
Esta empresa, que ya participa en proyectos prestigiosos como el aeropuerto de Beijing Daxing y el proyecto Crossrail en el Reino Unido, utiliza su experiencia para responder a los desafíos técnicos de la construcción del gasoducto, ofreciendo soluciones adaptadas e innovadoras. A través de este proyecto, Jingye demuestra su capacidad para gestionar proyectos globales, combinando tecnología de vanguardia y experiencia industrial.
La financiación de esta gigantesca infraestructura cuenta con un amplio apoyo de varias instituciones financieras internacionales, en particular el Banco Islámico de Desarrollo y el Fondo OPEP, cuyas inversiones tendrán como objetivo mejorar el acceso a la energía para los países situados a lo largo de la costa atlántica africana. Este proyecto también promete ampliar las interconexiones energéticas entre África y Europa, una cuestión estratégica para ambos continentes.
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Las licitaciones para la construcción de los tramos marroquíes del gasoducto se esperan para 2025. La primera fase del proyecto, que abarca Marruecos, Mauritania y Senegal, podría impulsar la economía regional atrayendo inversiones masivas y promoviendo la creación de infraestructuras sostenibles para los países afectados. . De este modo, este gasoducto podría convertirse en una palanca de crecimiento, impulsando a la región hacia una nueva era de intercambios energéticos y desarrollo económico.
Jingye Group, con sede en la provincia china de Hebei, produce 15 millones de toneladas de acero cada año y exporta a más de 80 países. Paralelamente a este proyecto de gasoducto, la compañía participa en proyectos de alcance internacional, como el puente transoceánico de Brunei y la línea de metro de Shijiazhuang. Desde la adquisición de British Steel, Jingye ha invertido significativamente en la modernización de su infraestructura, al tiempo que consolida su presencia internacional.
Con una facturación global de 13.000 millones de dólares y más de 23.500 empleados, Jingye se posiciona como un actor clave en la industria del acero, un sector en busca de soluciones más ecológicas. La empresa se centra en la innovación tecnológica sostenible para consolidarse como líder mundial en una industria siderúrgica respetuosa con el medio ambiente.
Europa esperando
Aunque este proyecto también es de interés para la Unión Europea, particularmente como cliente potencial, la UE parece dudar en comprometerse plenamente. Las empresas siderúrgicas europeas no han podido competir con la competencia china y la Unión no ha logrado asegurarse un lugar estratégico en el proyecto, ni mediante inversiones directas ni mediante una mayor cooperación. Al contrario, parece estar esperando a ver si los países africanos serán capaces de llevar a cabo un proyecto de tal escala.
China, por su parte, reconoció rápidamente la importancia estratégica de este proyecto y está enviando a sus empresas a participar activamente en la inversión, consolidando así su influencia económica y estratégica en la región. La posición china se distingue por su enfoque proactivo, que garantiza tanto beneficios económicos como una creciente influencia política en el continente africano.
Así, el proyecto del gasoducto Nigeria-Marruecos-Europa, apoyado por el Grupo Jingye, destaca como un proyecto importante para el futuro energético y económico de África, al tiempo que afirma el papel central de China en el desarrollo de la infraestructura global.