Air France-KLM se posiciona como modelo de transición ecológica en la aviación, con un objetivo de un 10% de combustibles sostenibles en sus depósitos de aquí a 2030, superando las exigencias europeas. Una dinámica bienvenida por el observatorio Transporte y Medio Ambiente, que, sin embargo, señala las debilidades estructurales del sector.
La aviación sostenible, un sector aún rezagado
En su primer informe sobre combustibles sostenibles (SAF), la organización Transport & Environment (T&E) hace una dura observación: entre las 77 aerolíneas analizadas, solo 10 se comprometen activamente a reducir su huella de carbono mediante alternativas al queroseno fósil. « Los otros 67 no toman este rumbo o dependen de opciones inviables como los SAF a partir de cultivos alimentarios. », especifica el grupo con sede en Bruselas.
Sin embargo, los SAF, producidos a partir de biomasa, aceites usados o, en última instancia, e-queroseno elaborado a partir de hidrógeno y electricidad libre de carbono, se identifican como una de las principales palancas para alcanzar el objetivo de cero emisiones netas de CO2 para 2050. Sin embargo, su adopción sigue siendo marginal. en un sector todavía demasiado dependiente de los combustibles fósiles.
En este panorama contrastante, Air France-KLM destaca con una política ambiciosa. La empresa franco-holandesa ha integrado en sus operaciones biocombustibles avanzados, como los elaborados a partir de residuos como los aceites de cocina. Con un objetivo del 10% de SAF en sus combustibles para 2030, supera con creces el 6% fijado por la Unión Europea.
Una responsabilidad compartida por toda la industria aérea
Esta estrategia le ha valido una posición de liderazgo en el ranking de T&E, donde se sitúa por delante de compañías como United Airlines y Norwegian. Jérôme du Boucher, director de aviación de T&E France, aplaude estos esfuerzos e insta a todo el sector a ejercer más presión sobre los proveedores de combustible. “ Las empresas deben exigir alternativas verdaderamente sostenibles y denunciar prácticas que no promuevan una transición ecológica seria. “, insiste.
Sin embargo, T&E recuerda que las empresas no son las únicas que necesitan evolucionar. Los grandes grupos petroleros como TotalEnergies, BP o ExxonMobil, que controlan la mayor parte de la producción, siguen siendo reacios a invertir masivamente en SAF. Según el observatorio, su producción acumulada apenas alcanzaría los 3 millones de toneladas en 2030, o menos del 3% de sus volúmenes actuales destinados a la aviación. El mercado, todavía dominado por empresas emergentes y pequeños actores, carece de financiación para alcanzar una escala industrial.
Para que la ambición colectiva de una aviación con bajas emisiones de carbono se convierta en realidad, es urgente combinar los esfuerzos de las empresas, los proveedores y los responsables políticos. Air France-KLM está liderando el camino, pero todo el sector tendrá que alinearse para afrontar este importante desafío medioambiental.