El pasado mes de octubre, el municipio de Mont-Saint-Guibert retiró su recurso ante el Consejo de Estado contra la autorización de construcción de esta central eléctrica. En particular, expresó su temor por el humo y el polvo que emitiría la instalación. Si a este nivel había tranquilidad, la ciudad también quería poder beneficiarse de la energía producida por esta planta. Su llamamiento sirvió para mantener un diálogo abierto con Veolia. Al final no se encontró ninguna solución legal. De ahí la retirada del recurso para no bloquear el proyecto.
Polémica en Louvain-la-Neuve: “No entendemos por qué la UCLouvain no se mueve para salvar este lugar”
Esta planta, que supone una inversión de 80 millones de euros, se alimentará de residuos de madera procedentes de los parques de reciclaje valonos, entre ellos los 17 del InBW. Se trata de madera tipo B, “de elementos como puertas, marcos, vigas”, explica la universidad.
La planta se conectará a la actual red de calefacción urbana de la universidad a través de una tubería de aproximadamente dos kilómetros. Por tanto, la madera sustituirá al gas. La universidad precisa que “si la producción de calor supera el uso de la UCLouvain, el excedente será comercializado por GBES a empresas ubicadas en el parque científico de Louvain-la-Neuve, cogestionado por la UCLouvain y el InBW, así como en La Sablière parque de actividades económicas, actualmente desarrollado por InBW. En cuanto al excedente de electricidad, se inyectará a la red.
Este proyecto forma parte de la estrategia de transición de la universidad, que pretende alcanzar la neutralidad de carbono para 2035.