La mejora observada en octubre en la moral de las pequeñas y medianas empresas industriales (PYME) se esfumó en noviembre.
El inicio de la recuperación de las carteras de pedidos y de los volúmenes de producción se ve obstaculizado por la débil demanda externa, explicaron el lunes los expertos de Raiffeisen.
El índice PMI PYME elaborado por la cooperativa bancaria de St. Gallen cayó a 50,1 puntos, frente a los 51,9 puntos de octubre, manteniéndose justo por encima del umbral de crecimiento.
La moderación de la confianza en las reservas de trabajo y en los ritmos de producción va acompañada especialmente de una clara caída en la de los plazos de entrega, situándose el índice correspondiente en 43,8 puntos tras un breve repunte hasta los 50,6 puntos en octubre.
“Los plazos de entrega cortos indican una baja utilización de la capacidad”, explica Domagoj Arapovic, director de la publicación, recordando una reciente actualización en este sentido proporcionada por la organización que agrupa a la industria de maquinaria, equipos eléctricos y metales Swissmem.
El componente empleo aumentó marginalmente hasta los 50,2 puntos, un mes después de volver al equilibrio. El experto, sin embargo, advierte contra cualquier exceso de optimismo, ya que la débil demanda constituye una amenaza que no debe subestimarse y el recurso al paro parcial tiende a ganar terreno entre las empresas encuestadas.
La clara recuperación del stock comprador (hasta 52,8 puntos frente a los 48,0 puntos de octubre) también refleja una desaceleración del ritmo de producción.
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