El fabricante de automóviles japonés Nissan, en dificultades financieras, prevé una reducción de 9.000 puestos de trabajo en todo el mundo y una reducción del 20% de su capacidad de producción. La marca, afectada por una caída de las ventas en varios mercados clave, pretende revertir su desempeño financiero y fortalecer su resiliencia para adaptarse a los desafíos actuales.
Nissan revisa a la baja sus objetivos financieros
Nissan publicó esta semana resultados trimestrales preocupantes, revelando una pérdida neta inesperada de 9.300 millones de yenes (56 millones de euros) para el período de julio a septiembre. El grupo, que según las previsiones del mercado todavía esperaba obtener un beneficio de 49 mil millones de yenes, se ve muy afectado por la caída de sus ventas globales.
La facturación ascendió a 2.986 millones de yenes (18 mil millones de euros), un descenso del 5% respecto al año anterior. Ante esta situación crítica, Nissan ha revisado sus objetivos para el ejercicio 2024-2025, con unas expectativas de ingresos reducidas a 12.700 millones de yenes, frente a los 14.000 millones inicialmente previstos.
Makoto Uchida, director ejecutivo de Nissan, explicó en una conferencia que la previsión de beneficio neto para el año en curso está suspendida, debiendo ajustarse el importe en función de los costes asociados al plan de recuperación. “ Nissan toma medidas urgentes para crear un negocio más receptivo y resiliente », precisó el grupo en un comunicado de prensa, justificando así la drástica reorganización de su plantilla y de sus operaciones.
Mercados estratégicos en fuerte caída
La situación de Nissan se está complicando en varios de sus mercados más estratégicos. En Estados Unidos, sus ventas cayeron un 2,3% con sólo 212.000 vehículos vendidos entre julio y septiembre. En China, otro gran mercado para el fabricante, las cifras son aún más alarmantes, con una caída del 13% en un año, lo que representa 172.000 unidades vendidas. En Europa, las ventas de Nissan también siguen una trayectoria descendente, con una caída del 5,9%, hasta un total de 80.000 vehículos.
Ante estos contratiempos, Nissan tomó decisiones radicales para reducir sus costos. La compañía planea reducir sus costos fijos en 300 mil millones de yenes y sus costos variables en 100 mil millones de yenes para finales del año fiscal 2024-2025. Esto incluye una reducción significativa de los gastos de venta, generales y administrativos, y la optimización de las inversiones, particularmente en investigación y desarrollo. El objetivo es reorientar los recursos de la compañía manteniendo un flujo de caja saludable, garantizando así su sostenibilidad a pesar de un entorno de mercado difícil.
Nissan enfrenta desafíos complejos en un entorno automotriz global lento, marcado por ventas decrecientes y una fuerte presión competitiva. Con este plan de reestructuración, el fabricante espera recuperar el equilibrio financiero y un posicionamiento estratégico reforzado. El éxito de esta recuperación se basa en su capacidad para reducir sus costes y adaptar su modelo a mercados en constante cambio.