Investigación
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El fin de la actividad del líder francés del sector, decidido por el tribunal de comercio de Marsella el 9 de septiembre, deja a varios miles de empleados en el suelo. ¿Se debe a un mercado en recesión o a una precipitada actuación de la dirección de la empresa?
La historia termina de forma abrupta. El 9 de septiembre, el tribunal de comercio de Marsella pronunció una de las mayores liquidaciones del año. La empresa de distribución de publicidad Milee cesó su actividad y suprimió 10.000 puestos de trabajo (3.500 equivalentes a tiempo completo). Un shock aún más violento porque, a diferencia de lo que ocurre en empresas de este tamaño, la decisión de cesar la actividad se tomó de forma bastante abrupta. “No había nada preparado, no había ni un céntimo en la caja y las pérdidas alcanzaban el millón de euros al mes”, “, especifica bajo secreto de sumario una fuente obligada a respetar el secreto del procedimiento. Como resultado, la liquidación judicial se llevó a cabo de manera apresurada, de ahí el impacto en los empleados.
Las cifras hablan por sí solas: según información sindical, Milee facturó 150 millones de euros en su último ejercicio. Sin embargo, la empresa deja un pasivo (es decir, deudas impagadas) de 270 millones de euros, casi el doble de la actividad de un año. A la luz de estos datos financieros, es difícil imaginar que no se haya considerado el cese de la actividad durante varios meses. Por supuesto, el mercado de Milee, la distribución de folletos publicitarios, está en completo colapso. Además, en 2025 se prohibirá presentar solicitudes de registro.
