“El artista debe triunfar en Francia para que los belgas estén orgullosos de él”

“El artista debe triunfar en Francia para que los belgas estén orgullosos de él”
“El artista debe triunfar en Francia para que los belgas estén orgullosos de él”
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Esta es la palabra de un rapero que rapea cuando todavía tiene energía después del trabajo, todavía tiempo después de pasar tiempo con las personas que ama. ¿Y si esta palabra también tuviera valor?” escribe quien hoy es alfabetizador. Con autodesprecio, el rapero de pluma mordaz y flow controlado, se autoproclamó el “Magnífico perdedor”, presenta su obra como “el libro del artista desconocido, el autobio del no estrella, la epopeya del tipo que no logró sus sueños porque estaba demasiado ocupado desplazándose con indiferencia buscando otro video hop hip mientras fumaba un porro”.

Un niño de los años 80, Tar One cuenta cómo se enamoró del hip-hop y de la cultura afroamericana, cómo empezó a escribir y a rapear hace 25 años, sus éxitos y sus citas perdidas, la pérdida de su padre (Pierre Rapsat), la llegada de la escena hip-hop en la Bélgica francófona, su conocimiento del sector, pero también su visión del mundo, con temas queridos: justicia social, antirracismo, feminismo… Todo está ilustrado con dibujos, fotografías, graffitis. … “CLo interesante no es tanto mi biografía, sino el contexto histórico del hip-hop y el punto de vista de un artista que no tuvo éxito, es decir, la mayoría de ellos. Nunca tenemos este sonido de campana, donde la excepción del éxito pasa por norma”, el explica. En “Dernier Track”, el autobooker que no tiene respuestas”a (sus) cien correos electrónicos” hace un balance de su vida, en rap.

“Buen intento”, ¿buen intento qué?

Es a la vez autocrítico y una forma sutil de ser inteligente, es un fracaso con garbo. Engloba un poco de todo mi trabajo artístico, todo lo que he intentado armar. No es porque no haya tenido éxito que me castigue o que deba avergonzarme. Se trata más bien de asumir la responsabilidad por ello.

gaviota

Los raperos eran los patitos feos de la industria musical.

¿Tienes algún arrepentimiento?

El éxito se basa en la combinación trabajo-talento-suerte. Por supuesto, tuve mala suerte, algunos proyectos podrían haber pagado mejor, pero tengo mi parte de responsabilidad, porque elegí estar más con mis amigos, en lugar de hacer networking en Bruselas o París. No he sido un estratega, no he sido ambicioso en mi música y mis colaboraciones. Estaba más inclinado a enamorarme. Fui casual, pero todas las exigencias que tengo las plasmaré en los textos, las buenas ideas. Cuando explotó la generación de 2015, me di cuenta de hasta qué punto habíamos soñado demasiado pequeños, no habíamos imaginado que algún día sería posible. Los raperos eran los patitos feos de la industria musical. Hoy en día, el hip-hop ha pasado de la contracultura a la cultura dominante, pero con un rap que ya no se basa en texto ni fluye, y se ha convertido en algo más viral a través de las redes sociales. Hoy me siento realizado en mi vida, porque tengo una relación y vida familiar, amigos y buenos momentos pasados.

¿Es difícil ser artista en Bélgica?

Es un país donde las estructuras no son grandes, donde el estatus del artista es precario y donde no hay una mentalidad que lo apoye. El artista debe triunfar en Francia para que podamos sentirnos orgullosos de él.

¿A los 6 años querías ser como tu padre?

Sí. Como en mi opinión muchos niños pequeños, para quienes su padre es su héroe, siempre me impresionó su manera de hacer las cosas, lo que exudaba. Pero rápidamente, siendo adolescente, quise salir de su sombra, hacer mi propio camino y construir mi identidad, tomando la dirección opuesta… la del hip-hop. Pero mantuve sus valores de autenticidad, trabajo y respeto al público y a los técnicos. La gente estaba interesada en mí porque era hijo de. Estoy súper orgulloso de él y de haberlo tenido como padre, aunque a mí me haya durado poco. Yo tenía 22 años cuando murió. Aprecio su memoria.

De padre a hijo, de Pierre Rapsat a Thomas Raepsaet

¿Hablaste música?

No hablamos mucho sobre música. Compartimos más sobre cómics, cine, baloncesto… A veces estaba mucho en casa, a veces no, cuando estaba trabajando en un nuevo álbum. Éramos cercanos, había una gran química con mi madre y él. Ahora que he pasado más de la mitad de mi vida sin él, será un vacío que nunca se llenará. Me hubiera gustado tener discusiones de adultos. Su música sigue viva en el corazón de muchas personas aunque, para mí, todavía tiene un impacto emocional. Ahora estoy más preparado para representar su legado, para tocar más con la banda de covers Brasero.

¿Los Franco son parte de su historia?

Tengo una relación especial con este festival, que me ha apoyado muchas veces, y al que también estaba vinculado mi padre. Tiene un lado emocional y afectivo particular. Estuve en la primera edición cuando tenía 14 años y ahí también comencé a jugar. En mi cita de este verano, espero encontrar algunos organizadores.

  • Tar One estará en concierto este 6/7 en el MCCS de Molenbeek y el 19/7 en el Francos.

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