Los cuatro niños no habían visto a su padre desde el 1 de mayo de 2021. Se había ido a vivir a Court-Saint-Étienne y Vincent C., enfermero a domicilio independiente, lo visitaba regularmente. Su abogado dirá de él que fue “totalmente desorganizado” en el mantenimiento de documentos administrativos. Se le acusa de falsificación y utilización de documentos falsificados, así como de robo del coche del fallecido. Al día siguiente de la muerte, hizo retirar la matrícula del vehículo. Afirmará haberlo adquirido poco antes de la muerte de su propietario mediante un pago en efectivo de 500 euros. Lo revendió el 19 de marzo de 2022 por 3.000€ tras ponerlo a la venta en una web especializada. La fiscalía, que habló de incoherencias en el testimonio del acusado, también señaló la compra, el 26 de febrero de 2022 en el MédiaMarkt de Gosselies, de dos teléfonos móviles pagados con la tarjeta del fallecido. Este último (supuestamente) le había pedido, unas horas antes de su muerte, que hiciera estas compras, un GSM para la enfermera y un GSM para él.
Se requería una pena de prisión suspendida de un año y el decomiso de 13.000 euros. La única hija del fallecido que era parte civil había reclamado 12.000 euros. El abogado de la enfermera pidió la absolución o, en su defecto, la suspensión de la pena o la pena laboral. En vano: un año de prisión suspendida por cinco años, multa de 4.000 euros, confiscación de los 13.000 euros solicitados.