24 de diciembre de 1994. Cuatro terroristas toman como rehenes un Airbus A300 y sus 220 pasajeros en Argel. Siguen 54 horas de pesadilla, puntuadas por un breve e intenso final en Marignane. Historia de una noticia que se convirtió en mito.
La mañana del 24 de diciembre de 1994, Francia se preparaba para celebrar la Navidad. Pero en la pista del aeropuerto de Argel comienza una pesadilla. Cuatro terroristas fuertemente armados asaltan el Airbus A300 del vuelo 8969 de Air France con destino a París, con 220 pasajeros y tripulantes a bordo. Comienza entonces una toma de rehenes que mantendrá al país en vilo durante 54 largas horas.
Un comando infiltrado con la complicidad del aeropuerto
Aprovechando las lagunas de seguridad en el aeropuerto Houari-Boumediène de Argel, el comando islamista entró en el avión a las 11:05 horas con identidades falsas. Vestidos con uniformes robados de Air Algérie, los secuestradores se hicieron pasar inicialmente por agentes de policía que realizaban un control. La tripulación descubre el subterfugio demasiado tarde.
Las primeras horas: ejecuciones y tensas negociaciones
Muy rápidamente la situación se deteriora. Según una fuente cercana a la investigación, los terroristas dispararon fríamente en la cabeza a un pasajero argelino antes de arrojar su cuerpo a la pista. Este acto de violencia sin precedentes conmocionó a las autoridades francesas y argelinas, que iniciaron tensas negociaciones con los secuestradores.
Pero este último, afiliado a Grupo Islámico Armado (GIA), se muestran inflexibles. Exigen en particular la liberación de dos líderes islamistas detenidos en Argelia y amenazan con ejecutar a otros pasajeros si no se cumplen sus exigencias.
Airbus autorizado a despegar hacia Francia
Después de largas negociaciones y con la tensión en su punto máximo, finalmente se autorizó al avión a despegar de Argel hacia Marsella, con los secuestradores a bordo. Un breve alivio: el avión finalmente aterrizó en el aeropuerto de Marignane en un clima plagado de amenazas.
Las unidades de élite de la gendarmería, el GIGN, toman el control, apoyadas por el RAID. Una guerra de nervios se desarrolla durante largas horas en la pista, mientras el mundo entero contiene la respiración.
16 minutos de asalto para un desenlace tan intenso como breve
La mañana del 26 de diciembre, al constatar la falta de avances en las conversaciones, las autoridades decidieron atacar. Los hombres del GIGN ingresan al dispositivo por diferentes entradas durante una operación relámpago de extrema precisión y violencia.
Según un miembro de las fuerzas especiales, la neutralización de los terroristas y la liberación de los rehenes duró sólo 16 minutos, pero con una intensidad increíble, el combate cuerpo a cuerpo en los estrechos pasillos del avión.
Al final de este asalto, los cuatro secuestradores fueron asesinados a tiros y todos los pasajeros fueron liberados ilesos, a costa de varios heridos entre los gendarmes. Un éxito total para el GIGN, cuya leyenda está en marcha.
Un trauma nacional y un punto de inflexión en la lucha contra el terrorismo
Para Francia, estos 54 horas de angustia quedará como un trauma profundo. Pero también como un punto de inflexión. Los terroristas planeaban utilizar el Airbus como bomba voladora para atacar París. Siete años antes del 11 de septiembre de 2001, la toma de rehenes en Marignane demostró el peligro del terrorismo aéreo a gran escala.
Al final de la tragedia, aumentarán las polémicas sobre los fallos de seguridad que permitieron a los terroristas entrar armados a bordo. Pero esta crisis sin precedentes también habrá forjado héroes, como los hombres del GIGN, y habrá unido a la nación frente a la amenaza islamista emergente. Una página oscura de nuestra historia de la que debemos aprender lecciones, honrar la memoria de las víctimas y saludar la valentía de quienes nos protegieron ese día.