Los problemas y oportunidades de la asociación franco-marroquí son analizados minuciosamente por el Centro Económico Marroquí (CMC) en su último número mensual. Destaca un nuevo capítulo en la larga historia entre Francia y Marruecos al elevar la relación entre los dos países al nivel de una “asociación reforzada excepcional”.
Después de centrarse en las orientaciones de la Ley de Finanzas de 2025, el Centro Económico Marroquí (CMC) acaba de publicar su último número mensual, “Maroc Cojoncture”, que destaca los desafíos y oportunidades de la asociación franco-marroquí en un contexto descrito por el Elíseo como un nuevo capítulo en la larga historia entre Francia y Marruecos al llevar la relación entre los dos países al nivel de una “asociación reforzada excepcional”.
Por un lado, al finalizar la visita de Emmanuel Macron, presidente de la República Francesa, del 28 al 30 de octubre de 2024, a Marruecos.
Por otra parte, tras el alineamiento de Francia con la posición marroquí tras la misiva enviada por el presidente francés al rey Mohammed VI con motivo del 25º aniversario de la Fiesta del Trono, Macron reconoció la soberanía marroquí sobre su Sáhara, considerando que el La Iniciativa Marroquí de Autonomía, presentada desde 2007 por el Reino, es la única base para alcanzar una solución política. Como resultado, CMC analiza los logros de esta relación bilateral que ha abierto perspectivas de mejora en varias áreas clave.
El análisis destaca el potencial de desarrollo de la cooperación entre Marruecos y Francia, en un contexto geoestratégico profundamente cambiante, tanto en la región mediterránea como en las áreas económicas relevantes de Europa y África. Con una larga historia compartida, los dos países están invitados según CMC a adaptar su asociación a las nuevas exigencias económicas, sociales y medioambientales.
El Centro insistió en consolidar los logros de la asociación entre los dos países en las diferentes áreas de cooperación, explorando al mismo tiempo las nuevas oportunidades de desarrollo que presentan las transformaciones en curso a nivel geoestratégico.
Limitaciones a la inversión privada
Además de la asociación Marruecos-Francia, el nuevo número del CMC se centró en otros temas, como las limitaciones a la inversión privada y las reformas que deben emprenderse para desbloquear su potencial. Según la CMC, Marruecos ha avanzado en la mejora de su clima empresarial, en particular gracias a la nueva Carta de Inversiones y a determinadas disposiciones de las Leyes de Finanzas de 2024 y 2025.
Sin embargo, los desafíos estructurales, como la burocracia, la corrupción, las disparidades regionales y la falta de habilidades adecuadas, continúan obstaculizando el crecimiento de la inversión privada y su importante potencial.
Para transformar estos obstáculos en oportunidades, es esencial la implementación de reformas, acompañadas de un diálogo constante entre los actores públicos y privados. Si estos esfuerzos se llevan a cabo con determinación, Marruecos no sólo podría fortalecer su competitividad, sino también convertirse en un modelo de desarrollo económico sostenible a escala regional e internacional.
Entre los temas discutidos, también está la cuestión del crecimiento para este año 2025 y la necesidad de que la economía nacional recupere sus capacidades productivas antes de la crisis. Contando con la continuación de la tendencia de recuperación del ciclo de actividad a nivel internacional, el escenario exploratorio desarrollado por la CMC para el ejercicio 2025 prevé un cambio favorable en el ritmo de crecimiento.
Este panorama se debe en gran medida a la esperada recuperación del sector primario luego de la sucesión de años de sequía que pesaron fuertemente sobre el desempeño de las actividades agrícolas. También se debe a expectativas favorables para los demás componentes del sistema productivo que se beneficiarán de una demanda más sostenida tanto interna como externa.
Natural: nuevo eje estratégico
Además, en este número también se abordó el sector del gas natural como nuevo eje estratégico de la economía marroquí. De hecho, Marruecos persigue objetivos energéticos, en particular la reducción de las emisiones de GEI y el aumento de la proporción de energías renovables hasta el 52% en el mix energético de aquí a 2030.
Con este objetivo y en la voluntad de desarrollar un suministro energético fiable y competitivo, la inversión en gas natural es una prioridad. De hecho, el gas natural es un combustible con abundantes reservas mundiales y cuyo uso genera entre un 30 y un 50% menos de emisiones de CO2 que otros combustibles.
Además, el gas natural ayuda a garantizar la estabilidad de la red eléctrica predominantemente renovable sujeta a intermitencia. El desarrollo de este segmento permitirá a Marruecos alejarse de la electricidad y hacer que sus usos, como el coche eléctrico, sean menos contaminantes. La sustitución del fueloil permitirá a las industrias exportadoras afrontar mejor el ajuste de las emisiones de carbono en las fronteras de Europa.
Los programas públicos adoptados prevén el despliegue, en etapas de adaptación a lo largo de varios años, de una nueva red de transporte, así como de infraestructuras de recepción y almacenamiento. Todo ello apoyándose en una base compuesta por el Gasoducto Magreb-Europa y el futuro Gasoducto Nigeria-Marruecos.
Yassine Sabre / Inspiraciones ECO