Con 59 puntos anotados el viernes por la noche, Toulouse rompió el récord de una final, todas las épocas juntas. La última marca se remonta a la final de 2006, donde Biarritz venció ampliamente… al Stade Toulousain (40-13). Esa noche, el BO había aplanado 5 intentos. El Stade Toulousain anotó nueve goles en el Vélodrome, lo que supone también un nuevo récord, al igual que la diferencia de puntos en una final (+56).
Desde el inicio, la forma de jugar los duelos del equipo de Toulouse, con cambios de apoyo, ángulo y ritmo, desestabilizó la defensa bordelesa. Y la cosa fue empeorando con el paso de los minutos, cuando el Estadio tomó confianza. Resultado: 31 duelos ganados. Si comparamos con la media habitual de esta temporada (26), no es mucho más. Pero fue una final, no un partido contra los “pequeños”. Kinghorn (7 defensores derrotados) fue el más efectivo en su banda izquierda, pero fue Willis el que sorprendió más (6). Otras cifras superiores al Toulouse esta temporada y una final: 168 pases, 16 de ellos en contacto, y 659 metros recorridos. Enorme.
Sobre el papel, era la final entre el equipo que más lo utiliza, el Burdeos, y uno de los que menos lo utiliza, el Toulouse. En el terreno de juego, al contrario de lo que sugiere el marcador, las cosas fueron al revés. Stade pateó el balón 37 veces, frente a 17 de la UBB. El escenario que obligó a los girondinos a exponerse es una de las explicaciones. Pero también sentimos entre los tolosanos el deseo de ocupar el campo contrario, para luego jugar detrás de la defensa bordelesa, con jugadas de puntapié en el centro o hacia las bandas.
