Francia en el centro de una guerra interna en Israel

Francia en el centro de una guerra interna en Israel
Francia en el centro de una guerra interna en Israel
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En este embrollo político-diplomático, Yoav Gallant abrió fuego primero. El Ministro de Defensa lanzó un ataque frontal contra Francia. No dudó en denunciar en su cuenta X, incluso en francés, “la política hostil de Francia hacia Israel”, a la que acusó de “ignorar las atrocidades cometidas por Hamás”, el 7 de octubre en el sur de Israel.

Justificó así un rechazo total de la propuesta presentada el jueves por Emmanuel Macron al margen del G7 en Italia para la creación de un triunvirato (Estados Unidos, Francia e Israel), que se encargaría de desarrollar una “ruta de la hoja” destinada a desactivar la tensión entre Israel y Hezbolá, que ha aumentado varios grados en los últimos días hasta el punto de amenazar con degenerar en guerra.

Para hacerse entender, un amigo cercano de Yoav Gallant subrayó que Israel “no acepta conceder un estatus a Francia en relación con las necesidades de seguridad de Israel en el Líbano”. Según él, sólo Estados Unidos tiene voz y voto. También se espera que el asesor de Joe Biden para la cuestión libanesa, Amos Hochstein, visite Israel el lunes para discutir la situación en la frontera norte.

Contrafuego

Pero pocas horas después de esta aclaración bastante brutal, Israel Katz, el Ministerio de Asuntos Exteriores, lanzó un auténtico contraataque. Un hecho bastante raro: desautorizó públicamente a su colega de Defensa, llegando incluso a ofrecer una vibrante disculpa por Francia. Las palabras del ministro de Defensa son “incorrectas y no tenían por qué serlo”, lamentó un comunicado de prensa.

El texto de Asuntos Exteriores recordó la ayuda militar proporcionada por Francia durante el ataque a los 350 misiles y drones lanzados la noche del 13 al 14 de abril por Irán hacia territorio israelí, las sanciones impuestas por Francia contra Hamás e Irán por su programa nuclear, no por mencionar la lucha liderada por las autoridades francesas contra el “flagelo del antisemitismo y la protección de la comunidad judía francesa”.

En definitiva, un auténtico alegato que el Quai d’Orsay prácticamente podría haber asumido. Israel Katz también quería contrarrestar la invasión de su colega en el campo de la diplomacia, su dominio reservado.

Un ataque de ira

Según los comentaristas, el estallido de Yoav Gallant se debió principalmente a la decisión del Ministerio de Defensa francés de prohibir la participación de 74 empresas israelíes en la exposición de armas Eurosatory, que abre sus puertas el lunes en Villepinte, en la región parisina. Esta sanción, adoptada tras sospechas de crímenes de guerra en la Franja de Gaza supuestamente cometidos por el ejército israelí contra la población palestina, ha provocado la ira de los profesionales del sector. Planeaban aprovechar la oportunidad para presentar su producción mientras el mercado de armas está en auge debido a la guerra en Ucrania y las tensiones en Medio Oriente.

Algunos jefes israelíes acusaron a las autoridades francesas de querer favorecer a las empresas francesas, mientras que las empresas israelíes esperaban beneficiarse de los éxitos alcanzados “sobre el terreno”, en particular por los sistemas de defensa aérea contra Irán, Hamás y Hezbolá.

Para aumentar la tensión, el tribunal de Bobigny demandado por un colectivo de organizaciones propalestinas intensificó el boicot el viernes al prohibir el acceso a la exposición a cualquier representante de empresas israelíes o incluso a “cualquier persona física o jurídica que pueda “operar como corredor o intermediario en nombre de empresas israelíes”. En los accesos a la exposición se colocarán carteles sobre esta sentencia.

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