Juró. Invitado editorial: Jérémy Nicollin: del atletismo al salto de acantilados, un viaje de altos vuelos | Jura: toda la información local

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Jérémy Nicollin. ©Jean-Baptiste Liautard.

Creciste en el Jura. ¿Cómo ha influido este entorno en tu trayectoria como deportista?

Nacido en Chenôve, crecí en Chaumont, cerca de Saint-Claude, en una familia apasionada por el deporte. Mis padres, que son deportistas, me guiaron naturalmente hacia el alto nivel. Fue la jabalina lo que me llamó la atención y gané cinco títulos de campeonato de Francia, al mismo tiempo que me unía a la selección nacional. El Cañón Grosdar, cerca de mi casa, también marcó mi gusto por la aventura: desde los 7 años saltaba desde acantilados, lo que inspiró mi transición al salto de acantilados después de mi carrera en el atletismo.

¿Qué te impulsó a cambiar de carrera y volcarte hacia una disciplina tan extrema como el salto de acantilados?

Al llegar a un punto en el que mis lesiones limitaban mi rendimiento, comprendí que mis sueños olímpicos estaban en peligro. Entonces acepté una oferta como gerente de producto en una marca de gafas deportivas. Al mismo tiempo, comencé a filmar mis saltos con una cámara, integrando un estilo único que permite al espectador experimentar el salto como si estuviera allí. En junio de 2024, tomé la decisión de dedicarme de lleno al salto de acantilados, lo que me llevó a explorar lugares increíbles, desde Francia hasta Estados Unidos, pasando por Marruecos y la Reunión.

¿Qué te motiva a superar los límites con cada salto? ¿Cuáles tuvieron más impacto en ti?

Cada salto es una nueva experiencia. Los lugares varían, desde cañones hasta acantilados, y a menudo es en grupo que asumimos estos desafíos, con gran solidaridad entre los saltadores de acantilados. La seguridad es primordial: tomamos todas las precauciones para garantizar un entorno seguro y trabajamos con nuestras figuras en el suelo antes de intentar saltar. La adrenalina es un poderoso impulsor para mí. El salto que más me llamó la atención sigue siendo el salto de 38 metros en Italia, un gran desafío técnico, con una velocidad de impacto de 98 km/h. Más recientemente, hice un salto de 27 metros en una cantera subterránea en Gales, mi primer salto subterráneo.

¿Cuándo sentiste que podías vivir de tu pasión?

Comencé a ver el potencial de esta pasión como carrera cuando mis videos ganaron impulso en las redes sociales, atrayendo el interés de los patrocinadores. Con casi 500.000 suscriptores en la actualidad, hago todo lo posible para producir videos inmersivos y de calidad, al mismo tiempo que hago de la seguridad una cuestión de honor. Las redes sociales me permiten compartir mi pasión y al mismo tiempo crear conciencia sobre la práctica responsable del salto de acantilados.

Tienes un objetivo para 2025: batir el récord de salto de 53 metros. ¿Cómo te preparas para semejante desafío?

Progreso paso a paso, teniendo en cuenta cada parámetro. A 53 metros, la velocidad de entrada al agua alcanza los 118 km/h, por lo que el cuerpo debe estar preparado. De momento aún no he fijado lugar ni fecha, pero el siguiente paso es saltar desde 45 metros. Es un desafío personal que me atrae porque siento que aún no he llegado a mis límites.

¿Cuáles son sus otros planes para 2025?

Me gustaría dar un paso adelante produciendo vídeos cinematográficos y profesionales, para presentar el salto desde un punto de vista artístico. También quiero vincular mis proyectos a una causa ecológica, en particular la protección del agua, colaborando con asociaciones dedicadas a este tema.

¿Qué consejo le das a quienes quieren seguir tus pasos?

Nunca vayas solo, evalúa los riesgos y conviértelo en un desafío personal, no en una forma de impresionar a los demás. El salto de acantilado requiere una preparación cuidadosa, seguridad y buena condición física. Manténgase enfocado, avance paso a paso y tenga confianza en su visión.

©Jérémy Nicollin.

CAMA Y DESAYUNO

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