La salida fue a las 8 de la mañana en autobús en dirección al valle del Lot. Después de una breve hora de transporte, el grupo de miembros de la Céorette aborda el barco “Olt”.
En el recodo de cada meandro del río, aunque el sol era tímido, todos se maravillaban de la belleza del lugar y disfrutaban de los comentarios de un guía lleno de humor.
Especialmente en las afueras del pequeño pueblo de Saint-Santin, que lo tiene todo duplicado: iglesia, ayuntamiento… Porque tiene la particularidad de estar a la vez en Aveyron y en Cantal. Después de un segundo paso por una estrecha esclusa, los participantes en el viaje tomaron el autocar, magistralmente pilotado, para dirigirse a Saint-Julien de Piganiol para disfrutar de una comida gigantesca y regional, con pollo relleno y bacalao.
La excursión terminó en el corazón del único bosque de avellanos de Aveyron.
Si el mal tiempo no permitió visitar las plantaciones de avellanos, el joven y apasionado productor Claude Chastang logró captar toda la atención de sus visitantes al descubrir la actividad familiar “del huerto al almendro”, que mimó con una degustación delicada. Así, muy satisfechos con este día de descubrimiento en un ambiente excelente, los miembros del Club, a menudo cargados con algunos productos con sabor a avellana, regresaron a Arvieu.
