Hasta el 1 de junio, las fuerzas del orden habían interceptado 23,2 toneladas de cocaína desde principios de año.
780 kilos de cocaína incautados en Guadalupe el pasado mes de julio, 406 en el Golfo de Vizcaya dos meses antes. En 2024, las incautaciones de cocaína se multiplicaron en territorio francés, hasta batir todos los récords.
En seis meses, 23,2 toneladas de esta droga fueron interceptadas por la policía, el equivalente a todas las incautaciones realizadas en 2023, según supo BFMTV por una fuente cercana al asunto, confirmando información de la JDD.
Pero ¿cómo se puede explicar esta progresión? No se puede decir que este aumento se deba a una mejor eficiencia de las fuerzas de seguridad o a un aumento de la importación de cocaína, indicó la misma fuente.
“Ciertamente hay operaciones más eficientes porque, de hecho, todavía hemos invertido muchos recursos y hoy tenemos un territorio aduanero europeo, por lo que tenemos más cooperación”, analizó Manuela Doña, secretaria general de Aduanas de la CGT de BFMTV. “Pero, sobre todo, creo que tenemos mucha más mercancía”.
“En los últimos cinco años se ha alcanzado un hito”
Para ella, “en los últimos cinco años se ha alcanzado un hito”. Entre 2017 y 2020, la producción mundial de cocaína se duplicó con creces hasta las 1.982 toneladas. El número de consumidores no hace más que aumentar. El 5,6% de los adultos ya lo ha consumido. Esto es cuatro veces más que en 20 años. Y el 2,8% de los jóvenes de 17 años también ha probado ya este fármaco.
Este consumo se explica por la bajada del precio del gramo. En 30 años se ha dividido casi a la mitad. Hoy cuesta 65 euros de media.
“Las cifras de incautaciones actualmente comunicadas corresponden exactamente al aumento, es decir, a la triplicación del consumo o, en todo caso, de las solicitudes de consulta que hemos podido observar desde hace unos veinte años”, indicó William Lowenstein, adicto y presidente de la Adicción SOS.
Según este médico, la cocaína es el tercer motivo de consulta por adicción tras el alcohol y el cannabis.
Maxime Brandstaetter y Angy Louatah