Diez hermanas clarisas del norte de España, en conflicto abierto desde hace un mes con el Vaticano, han sido oficialmente excomulgadas, una decisión poco común en un contexto de enfrentamientos inmobiliarios y acusaciones de pertenencia a una secta.
Todo empezó el 13 de mayo: esta comunidad de dieciséis hermanas de Santa Clara de Belorado, instaladas en un convento de ladrillo del siglo XV en el corazón de un pueblo de 1.800 almas a 50 kilómetros de Burgos, anunció su ruptura con la Iglesia católica.
El anuncio se realiza en las redes sociales, gracias a cuentas creadas hace muy poco tiempo.
La madre superiora, sor Isabel de la Trinidad, denuncia una “persecución” a la jerarquía, que, según ella, provocó el fracaso de un proyecto de adquisición por parte de su comunidad de otro convento, situado en el País Vasco español.
Las monjas acusan al Vaticano de “doble discurso” y “contradicciones” y dicen que ahora se colocan bajo la autoridad de un sacerdote excomulgado, Pablo de Rojas Sánchez-Franco.
Este religioso, excluido de la Iglesia católica en 2019, es el fundador de la “Pía unión de San Pablo Apóstol”, reivindica el “sedevacantismo”, una corriente que considera a todos los papas que sucedieron a Pío XII (1939 -1958) como herejes.
Encargado por el Vaticano de solucionar el asunto, el arzobispo de Burgos, mons. Mario Iceta, envió a principios de junio varios representantes, acompañados de un alguacil, para exigir sin éxito la entrega de las llaves de su convento de Belorado, cuya iglesia reclama la propiedad.
Por tanto, las hermanas recibieron un ultimátum: debían comparecer ante un tribunal eclesiástico para confirmar su decisión de abandonar la Iglesia.
Pero las hermanas rebeldes dicen no reconocer este tribunal y califican este procedimiento de “farsa”: el viernes enviaron una carta certificada a monseñor Mario Iceta en la que expresaban su “deseo unánime e irreversible” de abandonar la Iglesia. ae
Esta decisión es “fruto de una reflexión madura, meditada y consciente, que fue validada por todas” las monjas de la comunidad, añaden las hermanas clarisas, que dicen actuar “libre y voluntariamente”.
Incluye: “El 22 de junio, el Arzobispo de Burgos, representante legal del monasterio de Belorado (…) transmitió el decreto declarando la excomunión (…) de las diez hermanas que provocaron un cisma”, indica un comunicado de prensa publicado el sábado en el sitio web de la arquidiócesis.
“Fueron las propias hermanas quienes expresaron su decisión libre y personal de abandonar la Iglesia católica”, afirmó el arzobispo.
“Secta”
Este tipo de decisiones son raras, subraya el teólogo Luis Santamaría, fundador de la Red Iberoamericana para el Estudio de las Sectas (Ries): “La excomunión es la medida sancionadora más grave en derecho canónico”.
“En el caso concreto de las Clarisas de Belorado, ya no pueden ser consideradas monjas católicas y es normal que abandonen un monasterio al que ya no pertenecen”, prosigue.
Según él, Pablo de Rojas es un “falso obispo”, al frente de “una secta nacida a principios del siglo XXI imitando el catolicismo tradicional y que se declara depositaria de la verdadera fe cristiana”.
Ve en este deseo de separar de la Iglesia el trabajo de “desinformación, presión emocional y mentiras en torno a las Clarisas”.
Sólo 10 de las 16 monjas se ven afectadas por este proceso, ya que la Iglesia decidió excluir de este procedimiento de excomunión a las hermanas mayores, consideradas vulnerables.
