Francia: el riesgo de una espiral infernal

Francia: el riesgo de una espiral infernal
Francia: el riesgo de una espiral infernal
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Traiciones de la derecha, purgas y renuncias de la izquierda detrás de una fachada de unidad, riesgo de bloqueo de las instituciones, incluso violencia o disturbios… y esto está a pocas semanas de los Juegos Olímpicos. Desde el anuncio de Emmanuel Macron de la disolución de la Asamblea Nacional, abriendo el camino a una campaña exprés y a elecciones legislativas explosivas, Francia está fracturada, dividida como nunca antes. Tambaleándose sobre un volcán de ira popular que podría socavar nada menos que la estabilidad del país.

El pecado de orgullo del presidente francés, cuyo juicio está sesgado por lo que parece una “herida narcisista” frente a la elección expresada por sus compatriotas durante las elecciones europeas, plantea un riesgo sistémico para Francia, pero también, en términos más generales, para Cohesión europea. Su responsabilidad es abrumadora. Su apuesta, una locura. Su culpa, histórica. Los mercados financieros, verdaderos barómetros de la percepción de los riesgos futuros, no se equivocan: la Bolsa de París perdió nada menos que un 6% la semana pasada. Mientras que los tipos de refinanciación del Estado francés se acercan cada vez más a los vigentes… en Grecia. Francia es vista ahora como un barco borracho, privado de timón en medio de una tormenta.

Elecciones legislativas francesas: “Los republicanos corren el riesgo de morir lentamente”

Todos los ingredientes de una espiral infernal están ahora presentes, reviviendo el espectro de una nueva gran crisis económica y financiera en Francia, con consecuencias evidentemente mucho más amplias. Porque, en ausencia de un avance republicano durante las elecciones legislativas, un escenario a estas alturas improbable en ausencia de un liderazgo fuerte y de una dinámica electoral real, el escenario de la convivencia podría imponerse a Emmanuel Macron. Abrir Matignon a uno de los dos bloques radicales que podrían beneficiarse de este caos político e institucional: la manifestación nacional de Marine Le Pen o el “Nuevo Frente Popular”, donde La Francia Insumisa de Jean-Luc Mélenchon será esencial. Dos fuerzas que tienen en común, más allá de sus diferencias ideológicas, el recurso a programas económicos incoherentes, demagógicos y sobre todo infinanciables para un Estado donde el gasto público y los niveles impositivos ya están alcanzando máximos. El modelo social francés está en peligro. La onda expansiva en Europa, inevitable

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