Guinea: Fouta-Djallon, “la torre de agua de África Occidental” en peligro

Françoise Niamien – Ciudad del Vaticano

La cadena montañosa Fouta-Djallon se encuentra principalmente en Guinea. Se caracteriza por la escala y diversidad de su red hidrográfica que se extiende a otros nueve países de África occidental: Benin, Gambia, Guinea-Bissau, Mali, Mauritania, Níger, Nigeria, Senegal y Sierra Leona. “El interés de África Occidental por preservar el macizo de Fouta-Djallon (MFD), se entiende fácilmente. Es considerada la torre de agua de África Occidental.», remarcó el Dr. Robert Gouantoueu Guei.

Un reservorio para África Occidental

De hecho, 1.165 ríos tienen su nacimiento en el MFD y en la Dorsal guineana. El macizo alberga las cabeceras y cuencas superiores de 7 ríos compartidos por casi todos los países de África occidental, en particular Gambia, Níger y Senegal, y varios ríos pequeños. También es una de las principales fuentes de reposición de aguas subterráneas en la subregión, esencial para satisfacer las necesidades domésticas y agrícolas de las poblaciones.

El macizo de Fouta-Djalon constituye una inmensa reserva de diversidad biológica que debe protegerse y preservarse, ya que alberga numerosas especies vegetales y animales, algunas de las cuales se consideran endémicas.
Sin embargo, en los últimos años ha sufrido una degradación acelerada de sus recursos naturales, debido al cambio climático y las intervenciones humanas. La visita de campo conjunta a Guinea del 26 de mayo al 2 de junio “nos permitió comprender mejor las amenazas a las que nos enfrentamos y subrayar la urgencia de las medidas que deben adoptarse para salvaguardar este macizo montañoso», confió el Dr. Gouantoueu Guei a los medios vaticanos. El objetivo de esta misión era fortalecer la promoción de la importancia de un apoyo mejorado y adaptado a la gestión de los recursos naturales y del agua en el macizo.

Amenazas reales

Durante las últimas décadas, las actividades humanas y los efectos del cambio climático han puesto en peligro los recursos naturales del macizo, y han contribuido a reducir su valor como fuente de agua, la biodiversidad endémica y el potencial bioproductivo de la zona. -entorno regional.

Los indicadores de degradación ambiental incluyen, entre otros: reducción de la cubierta vegetal; aceleración de la erosión del suelo. Pero también, la modificación de las características del suelo y la caída de la fertilidad. Además de la reducción de especies de flora, fauna y peces, se produce un aumento de los escurrimientos y el secado de fuentes. “La degradación del macizo es muy visible. La situación es preocupante y las consecuencias podrían ser muy desastrosas.», advirtió el director de la FAO para África Occidental.

Las consecuencias

“Si no hay acciones contundentes para frenar esta ‘agresión’ al macizo en un plazo de diez años, estos cursos de agua podrían secarse, y eso sería verdaderamente catastrófico, sobre todo porque el macizo abarca más de 10 países de la subregión.“. También, “tal situación provocará el desplazamiento de poblaciones de estas zonas afectadas. Estos desplazamientos internos podrían incluso dar lugar a conflictos intercomunitarios.“, él advirtió.
Entre otras consecuencias para las poblaciones: el hambre. Dado que la agricultura utiliza el 70% del agua, lo mismo ocurre con la industria, la energía y la salud. “Corremos el riesgo de presenciar una situación catastrófica“, añadió, instando a una acción concertada de todos.

Una propuesta de acciones a tomar

“Necesitamos una gran movilización general de la FAO, el PMA, la CEDEAO, las Naciones Unidas y los países interesados ​​para salvar el macizo.“, afirmó Gouantoueu Guei.
“Consciente de la situación, Guinea está muy comprometida con la salvaguardia del macizo» sugirió, y luego pidió a los demás países interesados ​​que no se queden al margen de la lucha por la supervivencia del macizo.
Las acciones que se llevarán a cabo constituirán tres grandes ejes: el primero se refiere a la Comunidad Económica de los Estados de África Occidental.

Bajo los auspicios de la organización subregional, a finales de junio de 2024 se organizará en Lomé (Togo) una reunión sobre un amplio programa de gestión integrada del macizo.
Las recomendaciones al final de esta reunión se transmitirán a los ministros de medio ambiente, agua y bosques de los países interesados.
Seguirá otra reunión a nivel del Consejo de Ministros de la CEDEAO, para decidir sobre estas diversas recomendaciones antes de transmitirlas a la Conferencia de Jefes de Estado que se reunirá en diciembre de 2024.

El segundo eje se referirá a la acción de la Coordinación Especial de la Estrategia Integrada de las Naciones Unidas para el Desarrollo en el Sahel, con vistas a acercar la situación del macizo de Fouta-Djallon a una mayor conciencia de las Naciones Unidas. Esta iniciativa debería permitir una acción conjunta de las Naciones Unidas y la CEDEAO, en la búsqueda de soluciones para salvaguardar el “Torre de agua» de África occidental.

Finalmente, el tercer eje será el de las acciones técnicas y financieras que llevarán a cabo la FAO y el PMA, con miras a movilizar otras agencias de la ONU y otros grandes donantes para el desarrollo de programas y su financiación.

En un futuro inmediato, la FAO, la CEDEAO y el gobierno guineano están identificando las necesidades de las diferentes poblaciones que viven en la zona del macizo, y cuyas situaciones requieren ayuda y asistencia. Acciones que implicarán grandes cantidades de financiación, de ahí la necesidad de que el Director de la FAO para África Occidental reitere su llamamiento al compromiso de todos los Estados de África Occidental con una acción globalpara mantener vivo el macizo de Fouta-Djallon. Es hora de actuar“, Él concluyó.