En el corazón de Kenia, en la capital, Nairobi, se celebraron del 27 al 31 de mayo las reuniones generales anuales del Banco Africano de Desarrollo (BAfD). Estas reuniones, de importancia estratégica, resaltaron la necesidad de reformar la arquitectura financiera internacional, integrando imperativamente los desafíos climáticos.
El presidente de Kenia, William Ruto, ha subrayado que África necesitará 213.000 millones de dólares al año hasta 2030 para alcanzar sus objetivos de desarrollo sostenible.
Capital reforzado para una estrategia ambiciosa
Para respaldar esta nueva dirección, el capital del BAD se incrementó de 201.000 millones de dólares a 318.000 millones de dólares. Este aumento es fundamental para mantener el rating triple A de la entidad, una garantía para la obtención de financiación a tipos ventajosos. La integración de la riqueza natural, como la tierra cultivable y los recursos mineros y energéticos, en el PIB de los estados africanos también fue una propuesta central en estas discusiones.
Dos objetivos principales: crecimiento verde y una economía resiliente
La estrategia decenal del BAfD se estructura en torno a dos objetivos principales: acelerar el crecimiento verde inclusivo y fomentar economías prósperas y resilientes. Para lograr estos objetivos, el Banco se centra en varias prioridades:
- Iluminar África y suministrarle energía moderna y asequible.
- Garantizar la seguridad alimentaria mediante la transformación agrícola.
- Mejorar las condiciones de vida de mujeres y jóvenes.
- Invertir en capital humano y sostenibilidad.
Movilización de recursos y asociación con el sector privado
Reconociendo el papel de liderazgo del sector privado, el BAfD planea movilizar recursos de diversas fuentes, incluida la financiación privada. Reforzará sus colaboraciones, priorizando las inversiones en empresas, cadenas de valor y pymes. El objetivo es triplicar la financiación del sector privado de aquí a 2033 gracias a mecanismos innovadores.
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Otra ambición clave del BAfD es la creación de una agencia de calificación africana. La Junta de Gobernadores del BAfD pidió que esta iniciativa establezca una evaluación más justa de las economías africanas, ahorrando así más de 75 mil millones de dólares perdidos debido a calificaciones internacionales consideradas injustas.
Innovación y tecnología en el centro de la estrategia
Además de estas medidas, el BAD pondrá especial énfasis en la innovación y la tecnología como palancas de desarrollo. Se dirigirán importantes inversiones a infraestructura digital y nuevas empresas de tecnología para impulsar una transformación digital inclusiva. El objetivo es crear un entorno propicio para el surgimiento de soluciones innovadoras para hacer frente a los desafíos económicos y sociales del continente. Estas iniciativas apuntan no solo a estimular el crecimiento económico, sino también a mejorar la calidad de vida de las poblaciones africanas mediante el acceso a nuevos servicios y oportunidades digitales.
Mientras el BAfD celebra su sexagésimo aniversario, la palabra clave sigue siendo resiliencia. Frente a desafíos globales como la pandemia de Covid-19, la inseguridad alimentaria, la crisis de la deuda, los conflictos y el cambio climático, África sigue posicionándose como un continente rico en oportunidades. La nueva estrategia del BAfD es un paso decisivo hacia una África más verde, más próspera y autosuficiente.
