París, consciente de la trampa que supone el acuerdo franco-argelino de 1968, quiere salir de él.

París, consciente de la trampa que supone el acuerdo franco-argelino de 1968, quiere salir de él.
París, consciente de la trampa que supone el acuerdo franco-argelino de 1968, quiere salir de él.
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Badr Tadlaoui
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0:02 – 30 de septiembre de 2024

Durante una intervención en el canal LCI el domingo 29 de septiembre, Bruno Retailleau, Ministro del Interior, afirmó que el acuerdo franco-argelino de 1968 es “desequilibrio”llamándolo“extremadamente ventajoso para Argelia y muy desventajoso para Francia”. Dijo que él no “sin tabú” sobre esta cuestión y expresó su deseo de que se renegocie este acuerdo, después de haberlo abordado ya cuando asumió el cargo el 23 de septiembre.

Interrogado sobre TFI unos días antes, había reafirmado su posición a favor de la revocación de este controvertido tratado bilateral, precisando que esta decisión no era competencia de él, sino del Ministro de Asuntos Exteriores. Esta cuestión está en el centro de las tensiones actuales, especialmente en lo que respecta a los pases. Un artículo de Fígarode fecha 9 de septiembre, informó que los centros de detención fueron “lleno de argelinos”. Los funcionarios locales indicaron que “Se emiten obligaciones de salida del territorio francés (OQTF), pero por falta de un pase, las personas son liberadas”. También se destacó que el número de argelinos enviados al extranjero sigue siendo “insignificante, o casi nulo”sobre todo desde el reconocimiento por parte de París de la soberanía de Marruecos sobre el Sáhara.

En 2023, la Asamblea Nacional francesa rechazó una propuesta destinada a denunciar el acuerdo de 1968. El texto presentado fue rechazado por 151 votos contra 114. Había sido defendido por los diputados de Les Républicains como parte de su nicho parlamentario. Recientemente, el ex Primer Ministro Édouard Philippe también pidió una reevaluación de este acuerdo, destacando las crecientes preocupaciones sobre las cuestiones migratorias. Señaló que el acuerdo actual se basa en normas que derogan el derecho común. El señor Philippe aclaró que “este acuerdo determina íntegramente la ley aplicable a la entrada y estancia de los nacionales argelinos, con estipulaciones mucho más favorables que el derecho común”. Indicó además que“Ya no me parece justificado semejante dispositivo con un país con el que tenemos relaciones complicadas”.

El ex Primer Ministro habló de un “aceleración muy fuerte” del aumento del número de extranjeros en Francia desde principios de los años 2000, lo que indica un cambio en su origen geográfico, con una mayor proporción de extranjeros procedentes del norte de África y del África subsahariana. el identifico “tres palabras no dichas” en materia de inmigración: la percepción de los extranjeros, las preocupaciones relacionadas con el Islam y la dependencia de los sectores económicos de la mano de obra extranjera.

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