Marine Le Pen se presentó “serena” a su llegada a la corte. Pero el juicio a los asistentes parlamentarios sumerge al partido de extrema derecha en una época en la que aún no estaba “desmonizado”. Y Jean-Marie Le Pen vuelve a hablar de él.
Artículo reservado para suscriptores.
Enviado permanente a París
Por Joëlle MeskensPublicado el 30/09/2024 a las 19:12
Tiempo de lectura: 2 min
la primera audiencia de un juicio suele ser una reunión puramente formal. Llamamos a los imputados, leemos los delitos imputados, evacuamos cuestiones procesales y fijamos el orden del día. Pero a veces también es una oportunidad para crear una atmósfera. El que surge del Tribunal Penal de París, donde Marine Le Pen y otras 24 personas están siendo juzgadas desde el lunes por el caso de los asistentes del Parlamento Europeo, tiene algo extrañamente anticuado. En esta sala ultramoderna del nuevo palacio de justicia se repetían, como fantasmas, las viejas glorias de un partido que aún no se llamaba Agrupación Nacional y cuyo objetivo ciertamente no era demonizarse. Está Bruno Gollnisch, el ex número dos del partido de la llama, ahora encorvado bajo el peso de sus 75 años. Está Marie-Christine Arnautu, 71 años y todavía con el mismo peinado, tan inalterable como su amistad con Jean-Marie Le Pen.
Este artículo está reservado para suscriptores.
Acceda a información nacional e internacional verificada y descifrada
1€/semana durante 4 semanas (sin compromiso)
Con esta oferta aprovecha:
- Acceso ilimitado a todos los artículos editoriales, archivos e informes.
- El periódico en versión digital (PDF)
- Comodidad de lectura con publicidad limitada