CONTRAPUNTO – Con el nuevo Primer Ministro, la derecha está alarmada por las concesiones excesivas hechas a la izquierda, lo que lleva a aumentos de impuestos y pone en duda la reforma de las pensiones.
El Primer Ministro ha cambiado, pero el desafío sigue siendo el mismo: ampliar su base parlamentaria, sin reducirla. En otras palabras: obtener la neutralidad de una parte de la oposición, sin perder el apoyo de una parte de la mayoría. Obligado inicialmente a aceptar los pilares de su “base común”, Ensemble pour la République de Gabriel Attal y La Droite republicaine de Laurent Wauquiez, Michel Barnier tardó en hablar con los grupos de los que dependía su supervivencia. El fracaso de sus conversaciones con la Agrupación Nacional se debió, en parte, a que llegaron demasiado tarde.
François Bayrou hizo lo contrario que su predecesor. No sólo se giró exclusivamente hacia su izquierda, sino que rápidamente inició la búsqueda de un acuerdo destinado a evitarle a su vez la censura. Bajo Barnier, los macronistas estaban preocupados por el cuestionamiento de la política de oferta deseada por el Jefe de Estado…
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