Después del cruce X2O en Herentals, el síndrome piriforme volvió a afectar a Eli Iserbyt. Es un nervio pinzado en la pierna izquierda. Sin embargo, el piloto del Pauwels Sauzen – Bingoal tomó la salida en Namur, pero tuvo que abandonar antes de la segunda parte de la carrera debido a una lesión.
Iserbyt anunció en un comunicado de prensa del equipo que estará en la salida el próximo sábado en Hulst, Holanda. Dos días antes del partido, el actual campeón del mundo cuenta su historia en Instagram.
“El ‘enemigo’ que hay en mí a veces toma la delantera”
“Esto empezó hace dos años. En 2022 comencé la temporada con molestias en la pierna izquierda. No le di demasiada importancia. Pasaría, pensé. Desafortunadamente, no sabía que este sería el comienzo de una frustrante búsqueda de alivio. La sensación incómoda se convirtió en dolor. Lo que entonces tendría un impacto negativo en mi fuerza. Después de muchos momentos frustrantes, me quedé con muchas preguntas sin respuesta: ¿qué es y qué puedo hacer al respecto? El dolor estuvo y está siempre ahí. Un nervio en mi pierna izquierda es el culpable. ¿Pero qué es exactamente lo que lo enciende? Hasta el día de hoy, todavía no tengo respuesta”.
“Al principio de mi carrera quería llevar mi cuerpo lo más lejos posible. Quería aspirar al nivel más alto posible en cada cruce y superar siempre a mi principal enemigo. Ahora ese enemigo acecha en mi cuerpo. Llevo dos años luchando contra él. Con la ayuda de las personas que me rodeaban, logramos reducir el dolor y mantener mi pérdida de fuerza lo más baja posible. Pero a veces ‘el enemigo’ toma la delantera y el dolor es insoportable. Esto ocurrió el domingo pasado en Namur. Detener la pelea temprano fue la única decisión correcta. He aprendido a vivir con este dolor. He intentado darle un lugar. Este dolor me ha hecho perder partidos, pero lo más importante es que también me ha hecho ganar partidos. La sensación de victoria me da la confianza para seguir entrenando y esforzándome”.
“Todos los días entreno para enorgullecer a mis seres queridos. Los que me ayudan en esto. Desde mi esposa, hasta el equipo, el entrenador, los médicos, los fisioterapeutas y los entrenadores mentales. Todos ellos juegan un papel importante. Esto no es una lesión, esto se ha convertido en una forma de vida desde hace dos años. Mantengo la esperanza en el futuro y, como siempre, haré lo mejor que pueda para lograr los mejores resultados posibles”, concluye Iserbyt con una nota positiva.
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