la imagen circuló en las redes: un fotomontaje de Elon Musk, todo sonrisas, entrando al Despacho Oval, anticipando el gran papel que le sería asignado en la futura administración Trump 2.0. La estrella “Maga” (acrónimo del eslogan trumpista “Make America Great Again”, “make America Great Again”, nota del editor) de Silicon Valley, fundadora de Tesla, SpaceX y sulfurosa propietaria de X (ex-Twitter), no hace nada. secreto de sus ambiciones políticas y juega con su aura incomparable con Donald Trump.
Éste ya ha anunciado que a este “genio” se le reservará una cartera a medida: una auditoría de todas las agencias federales y una revisión completa de la función pública, con previsibles recortes masivos: “¡2 billones de dólares! » o casi un tercio del presupuesto federal (6.750 mil millones de dólares, o 6.250 mil millones de euros, en 2024), aseguró en el escenario del Madison Square Garden el 27 de octubre.
Nada se deja al azar
Garantizado para desempeñar un papel desproporcionado en el próximo gobierno estadounidense, sin necesariamente pasar de la etapa de eminencia gris, el hombre más rico del mundo, según Forbes, es también el más famoso que pisará la Casa Blanca el próximo día 20. Enero de 2025 a raíz de Donald Trump. Su presencia segura arroja luz sobre la seriedad de los preparativos en curso.
A diferencia de 2016 y del episodio caótico que siguió a la primera victoria del “campeón” Maga, esta vez Donald Trump no dejó nada al azar. Dos think tanks ultraconservadores habían recibido el encargo de estructurar un hipotético segundo mandato en torno a dos cuestiones esenciales: el rumbo ideológico, atribuido a la Fundación Heritage y resumido en un muy controvertido “Proyecto 2025”; y recursos humanos, confiado al America First Policy Institute (Afpi).
“Drenar el pantano”
Dirigido por la ya imprescindible Brooke Rollins, jurista texana de 52 años, este trabajo preparatorio estuvo tan bien realizado que se aceptaron más de 1.000 candidaturas para ocupar puestos clave en la administración y “drenar el pantano” de Washington, además como 100 decretos ejecutivos escritos para honrar las promesas presidenciales en materia económica, migratoria y de seguridad.
Brooke Rollins, probable futura jefa de gabinete de la Casa Blanca, en competencia con la directora de campaña Susie Wiles, se concentrará ahora en una tarea mucho más visible y más delicada, ella que prefiere la sombra a la luz: la selección de candidatos para puestos ministeriales. Y pretendientes no faltan.
Además de Musk, el exrepresentante demócrata antivacunas y efímero candidato presidencial independiente Robert F. Kennedy Jr., de 70 años, podría heredar un superministerio de Salud, con el objetivo de “limpiar” los problemas médicos, según Donald El propio Trump. En particular, quiere erradicar el fluoruro del agua potable, en contra de los consejos de los expertos.
También destacan varios perfiles de leales desde hace mucho tiempo, que revelan el deseo del clan Trump de elegir personalidades del mundo del entretenimiento y de los negocios: Vince McMahon, ex director ejecutivo de la Federación Internacional de Lucha Libre (WWE), y Howard Lutnick, director ejecutivo del Muro. La firma callejera Cantor Fitzgerald, incluida en el equipo de transición junto con los dos hijos de Trump, Don Jr. y Eric, así como el futuro vicepresidente J. D. Vance.
Los “guerreros” premiados
En primera posición para nominaciones rápidas: Steve Miller, pluma de Trump desde 2017, de 39 años, será sin duda la omnipotente mano derecha del ocupante de la Oficina Oval. Marco Rubio, senador de Florida, de 53 años, se postula para el puesto de Secretario de Estado, conocido por sus opiniones radicales sobre China, Cuba e Irán. Más bien favorable a Ucrania, se habría puesto del lado del deseo de Trump de imponer “una solución negociada” lo antes posible. Doug Burgum, gobernador de Dakota del Norte, de 68 años, codicia el Interior, la Energía y también el Departamento de Estado.
Vivek Ramaswamy, un empresario de 39 años que apoya la deportación masiva de inmigrantes indocumentados, está siendo considerado para el Departamento de Seguridad Nacional. Mike Pompeo, exdirector de la CIA y secretario de Estado, de 60 años, mira al Pentágono o a la Justicia. Al igual que, en este último caso, el senador de Utah Mike Lee, de 53 años, el representante de California Kevin McCarthy, de 59 años, y la jueza federal de Florida Aileen Cannon, de 43 años, honrados por liderar una despiadada guerra de guerrillas en el fiscal especial Jack Smith, tras la pista de Donald Trump. . Dentro de la galaxia Maga, los “guerreros” siempre son recompensados por su lealtad incondicional.