Donald Trump reclamó la victoria sobre los siete estados indecisos durante su primer discurso de victoria en Florida el martes. Sus victorias en estos estados resultaron cruciales para asegurar su regreso a la Casa Blanca.
¿Qué son los estados indecisos?
Estos son estados donde un candidato demócrata o republicano podría ganar en una elección estatal. Dado que estos estados tradicionalmente no favorecen a los demócratas “azules” o a los republicanos “rojos”, se les conoce como estados “púrpuras”. Con sólo una quinta parte de la población de Estados Unidos, estos estados deciden en última instancia al próximo presidente de Estados Unidos.
Siete de esos estados en las elecciones de este año son: Pensilvania (19), Nevada (6), Carolina del Norte (16), Georgia (16), Arizona (11), Michigan (15) y Wisconsin (10).
Según el Prensa asociadael presidente Trump ganó Pensilvania, Carolina del Norte y Georgia, con ventaja en Nevada, Arizona, Wisconsin y Michigan. Con las últimas rondas de votación en curso, se espera que Trump consolide sus ventajas y asegure una victoria.
¿Cómo votaron los estados indecisos?
Pensilvania: Trump arrebató este año a los demócratas este estado crucial, consiguiendo el 50,9% del voto popular y, por tanto, los 19 votos del colegio electoral. Las encuestas siguieron siendo reñidas: Kamala Harris obtuvo el 48,2% de los votos. El estado fue ganado por el presidente demócrata Barack Obama en 2012.
El electorado de Pensilvania es una mezcla de votantes urbanos, suburbanos y rurales con diversas opiniones políticas. Recuperar Pensilvania resultó fundamental para que Joe Biden ganara la presidencia de Estados Unidos en 2020.
Carolina del Norte: El estado del sureste también vio una dura pelea entre el presidente Trump y Kamala Harris. El republicano obtuvo el 51,1% del voto popular para ganar los 16 votos del colegio electoral. Harris le siguió con el 47,7% de los votos. El estado ha visto una afluencia de jóvenes profesionales en los sectores tecnológico y financiero, lo que ha dado lugar a una población más diversa.
Georgia: En este tradicional bastión republicano, Trump logró arrebatar este estado a los demócratas al conseguir el 50,8% de los votos. Harris le siguió con el 48,5% de los votos. El estado es conocido por su demografía bien desarrollada y diversificada, con un aumento significativo de minorías y votantes más jóvenes.
Nevada: Trump volvió “rojo” a este estado, alejándolo del dominio demócrata durante una década. Lidera este estado del oeste de EE.UU. con un 51,5% de los votos, frente al 46,8% de Harris. Los votantes de Nevada apoyaron a los demócratas Obama y Clinton antes que al actual presidente estadounidense, Joe Biden.
Este estado del oeste de Estados Unidos tiene una gran población hispana, una creciente comunidad asiático-americana y una fuerte presencia de sindicatos. Estos grupos suelen inclinarse hacia los demócratas, pero, al parecer, son políticamente diversos.
Arizona: Trump lidera desde el estado fronterizo de México, asolado por la crisis de inmigrantes, con el 50,9% de los votos. Harris se queda atrás con un 48,3%, ya que los demócratas perdieron alrededor del 1% de los votos en las elecciones de este año. Después de apoyar sólidamente a los candidatos republicanos de 2000 a 2016, el estado pasó a favor de Biden en 2020 por un estrecho margen de solo el 0,3% de los votos.
Wisconsin: Trump lidera desde este estado del “cinturón de óxido” al obtener el 51% del voto popular. Harris se queda atrás después de obtener el 47,6% de los votos. Wisconsin giró hacia Trump en 2016 y luego hacia Biden en 2020, con márgenes muy estrechos en ambas elecciones. La promesa de Trump de traer empleos manufactureros a Estados Unidos resonó en el estado afectado por la decadencia industrial en las últimas décadas.
Michigan: Actualmente, Trump lidera desde este tradicional bastión demócrata con el 51,1% de los votos. Harris va a la zaga al obtener el 47,2% de los votos. Michigan, que alguna vez fue parte del “muro azul” demócrata, pasó a ser Trump en 2016, solo para volver a ser Biden en 2020. Este estado del “cinturón de óxido” también se ve afectado por la pérdida de empleos en el sector manufacturero y las políticas comerciales liberalizadas a nivel mundial.
(Con aportaciones de AP)