Las declaraciones y amenazas del líder norcoreano Kim Jong-un nunca deben tomarse a la ligera, especialmente cuando se refieren a la energía nuclear. “Pyongyang utilizará sin dudarlo todos los medios ofensivos a su disposición, incluidas las armas nucleares” y “el enemigo” atacar al país con “fuerzas armadas”anunció el líder en el poder desde diciembre de 2011, en comentarios publicados el viernes 4 de octubre por la agencia oficial KCNA.
Kim Jong Un tras los pasos de Vladimir Putin
En un contexto de tensión regional con Corea del Sur, guerra en Oriente Medio y Ucrania, Kim Jong-un recuerda que, al igual que su gran aliado ruso Vladimir Putin, sería capaz de utilizar armas nucleares. El líder norcoreano hizo comentarios durante su visita a la unidad de fuerzas especiales, según el periódico oficial Rodong Sinmun Viernes. Según el sitio de noticias NKNews, con sede en Seúl, también cuestionó la salud mental de su homólogo surcoreano, Yoon Suk-yeol.
Seúl en tensión
Este último, el 1 de octubre, con motivo del Día de las Fuerzas Armadas de la República de Corea, declaró que si la República Popular Democrática de Corea (RPDC) intentara utilizar armas nucleares, “Este día será el día de la caída del régimen norcoreano”. A los ojos del líder norcoreano, hacer declaraciones tan bélicas “A las puertas de un Estado con armas nucleares (…) preguntas sobre si está en su sano juicio”.
La advertencia del presidente surcoreano también se produjo semanas después de que Corea del Norte publicara por primera vez imágenes de una instalación de enriquecimiento de uranio, que mostraban al líder Kim Jong-un visitando el sitio. Pyongyang, que llevó a cabo su primera prueba nuclear en 2006 y ha sido objeto de numerosas sanciones de las Naciones Unidas desde 2016 por sus programas de armas prohibidos, nunca había mostrado públicamente estas instalaciones. Estos producen uranio altamente enriquecido, necesario para la fabricación de ojivas nucleares, mediante centrifugadoras de alta velocidad.
Así, durante varias décadas, Corea del Norte ha ejercido una especie de chantaje nuclear al realizar seis ensayos nucleares subterráneos desde 2006, poniendo en duda su capacidad para fabricar ojivas nucleares. En menos de veinte años, el régimen ha continuado en secreto sus programas nucleares hasta el punto de pretender ser un “energía nuclear”estatus consagrado en su Constitución. Ningún experto hoy duda de esta realidad, estimando incluso el arsenal norcoreano en unas cincuenta ojivas nucleares.
De ahí a si Pyongyang los utiliza, hay fuertes incertidumbres, pero el proceso es irreversible. En la Asamblea General de las Naciones Unidas, el lunes 1 de octubre, el embajador norcoreano, Kim Song (la ministra de Asuntos Exteriores, Choe Son-hui, no asistió porque había preferido ir a la cumbre de los Brics en Rusia) recordó con fuerza que la “Corea del Norte no nunca negociará el abandono de su programa de armas nucleares, quien gane las próximas elecciones presidenciales de Estados Unidos. Tanto Donald Trump como Kamala Harris han sido advertidos.