El millonario Bryan Johnson se regala transfusiones de plasma con su hijo de 18 años para rejuvenecer

El millonario Bryan Johnson se regala transfusiones de plasma con su hijo de 18 años para rejuvenecer
El millonario Bryan Johnson se regala transfusiones de plasma con su hijo de 18 años para rejuvenecer
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Bryan Johnson, el multimillonario en busca de la eterna juventud, revela que se entrega a transfusiones de plasma con su hijo y su padre, con el fin de revertir su edad. Un trato intergeneracional desconcertante, documentado en el informe “no mueras» en Netflix, que está dedicado a él.

Gastó más de 2 millones de dólares para parecer más joven: a sus 47 años, Bryan Johnson sueña con experimentar el efecto “Benjamin Button”. El multimillonario estadounidense que ha dedicado su vida y su fortuna a su búsqueda para revertir el envejecimiento está dispuesto a cualquier cosa, tal y como cuenta el documental”no mueras» («no mueras», en francés) transmitido en Netflix desde 1es Enero.

Entre los numerosos tratamientos que está experimentando para llevar a cabo su “proyecto Blue Print”, el “programa de salud” antienvejecimiento que creó, el empresario revela que se dedica en particular a las transfusiones de plasma. En una secuencia especialmente llamativa, el fundador de Braintree se revela incluso durante una sesión familiar con su padre, Richard Johnson, y su hijo Talmage, de 18 años, el mayor de sus tres hijos.

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“Coserte a un ser humano más joven”

“Algunos tratamientos realmente revierten la edad, como la transfusión de plasma sanguíneo de sujetos jóvenes”, confirma en la película de Netflix el Dr. Steve Horvath, profesor de Bioestadística y Genética de la Universidad de California en Los Ángeles. “Este rejuvenecimiento se observó tras un experimento durante el cual los investigadores vincularon un ratón joven con un ratón viejo. Literalmente conectaron las arterias y venas de los dos ratones para crear una transferencia de sangre”, explica. “Luego nos damos cuenta de que, al circular por las venas del ratón anciano, el plasma joven reduce la edad epigenética de varios órganos. Uno de los estudios demostró una reducción del 50% en una rata. Otro más reciente demostró una disminución del 30% en varios ratones.

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Evidentemente, quien se describe a sí mismo como “rata de laboratorio” quería probar el experimento. “¡La primera opción con respecto al plasma era coserme a un ser humano más joven! Pero no era muy práctico”, bromea Bryan Johnson, “así que eliminamos esa opción. Preferimos realizar una transferencia de plasma.


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“Transferencia multigeneracional”

Y no un plasma cualquiera, ya que el empresario decide convertirlo en una actividad familiar. “Un día mi padre me llamó presa del pánico. Me dijo: “Haré cualquier cosa para mantener mi agudeza mental”. Le dije: “Papá, me van a inyectar plasma ahora mismo. Otras personas lo hacen para combatir el Alzheimer y el Parkinson. Así que si estás interesado, puedes venir conmigo a Texas y estaré encantado de darte un litro de mi plasma”, continúa este obsesivo de la longevidad. “Al principio tuve dificultades para planificar, pero Bryan me dijo que era un lindo gesto, que era un servicio prestado a un ser querido, que estábamos invirtiendo en la salud de los demás al ofrecerle un poco de la nuestra”, confiesa Richard. Johnson, su padre, a su vez.

Luego se suma al proceso una tercera persona de la familia. “Le dije a Talmage: ‘Papi está súper sexy’. Hablamos y termino preguntándole: “¿Y si tú también lo hicieras? Tú me das tu plasma y yo le doy el mío al abuelo. Será una transferencia multigeneracional. ¿Qué opinas?” Y me dijo ‘sí’ de inmediato”, se alegra Bryan Johnson.

Un “vampiro” y sus “súbditos de sangre”

Cuando esta donación familiar de plasma se difunde en los medios de comunicación en 2023, sorprende a los internautas, que califican su iniciativa de “satánica”, “loca” o “repugnante”. Richard Johnson informa que él y sus descendientes fueron llamados “vampiros”, “chupasangres”, “súbditos de sangre” o incluso “demonios” en ese momento.

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“La historia de Plasma siempre genera malestar cuando la escuchas por primera vez. Pero Bryan no es el primero”, revela la periodista estadounidense Ashlee Vance, que se interesó por Blue Print desde el principio de su creación. “Hace varios años hubo rumores sobre Peter Thil, un empresario, uno de los primeros inversores en Facebook, que supuestamente se inyectó la sangre de un joven sano. No estoy seguro de que eso sea cierto. Pero eso es lo que decíamos”, explica, destacando el carácter exclusivo y confidencial de este método. “Si los empresarios de Silicon Valley efectivamente realizaron transfusiones, no querían que se supiera, mientras que Bryan, fiel a sí mismo, asumió toda la responsabilidad. Desfilaba por Twitter, organizaba sesiones de fotos… Admito que era un tanto absurdo ver a Bryan reunir a toda su familia, como si fueran a asistir juntos a un partido mientras iban a intercambiar plasma. »

Un “vínculo que llega a buen término”

El documental muestra al trío volando hacia Dallas, para someterse a esta transfusión de abuelo a nieto, frente a la cámara. En la clínica donde se realiza la intervención, Bryan Johnson elogia especialmente el “hermoso plasma” de Talmage y el “color inmaculado” de la sustancia del adolescente de la que se beneficiará. En un vídeo publicado en su propia cuenta de Instagram a principios de enero, él mismo admitió que era una de las “cosas más raras” que había hecho por su salud. “Tomé un litro del plasma de mi hijo y le di un litro de mi plasma a mi padre”, dice.

“Lo que la gente no entiende es que nuestro intercambio trascendió el tratamiento”, defiende Richard Johnson en el informe de Netflix, evocando un fuerte “simbolismo”, más allá de la experiencia científica. “Es nuestro vínculo el que se está haciendo realidad”, afirma. “Cuando te relacionas con otra persona hasta el punto de compartir voluntariamente su biología, el nivel de intimidad es inmejorable. Poder vivir esto con Bryan y Talmage fue para mí una verdadera reconciliación”, se alegra este hombre que había perdido el contacto con su familia tras su ruptura con la Iglesia mormona.

La secuencia termina después de la transfusión, capturando un momento en el que los tres hombres se abrazan emocionados. “Es una de las experiencias más preciosas de nuestras vidas. Sanamos heridas multigeneracionales y eso nos acercó enormemente. Los beneficios del tratamiento llegan después”, concluye Bryan Johnson.

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