Las celebraciones navideñas en la Ópera Nacional de París prometían ser extravagantes. A la derecha, Paquitaun emocionante ballet clásico, revivido en 2001 por Pierre Lacotte, destinado a hacer temblar la Ópera de la Bastilla, del 5 de diciembre al 4 de enero. En la mano izquierda, Jugarun best seller coreografiado en 2017 por el sueco Alexander Ekman, se agotó del 7 de diciembre al 4 de enero en el Palais Garnier. Apenas el primero de Paquita Señaló, el 5 de diciembre, que una huelga de bailarines provocó la cancelación del espectáculo. Rebelote al día siguiente. Cuatro días después, el 9 de diciembre, los espectadores de Jugarentonces los de Paquitarecibió un SMS avisándoles de que la velada se estaba desmoronando.
Baste decir que el final de año, siempre una época comercialmente suntuosa para la institución parisina, ha tenido un mal comienzo. Cada día, la incertidumbre ligada a esta huelga seguida de “una gran mayoría de bailarines”declaró a la AFP el 6 de diciembre Matthieu Botto, intérprete y delegado central de la CGT, está subiendo: ya se han saltado cinco funciones. A partir del 9 de diciembre La pérdida de ingresos, según cifras de la Ópera de París, asciende a 150.000 euros por Jugar y unos 260.000 euros para los cuatro Paquita.
¿Qué motivos provocaron este levantamiento? Tras la primera cancelación de Paquitalos comunicados enviados a la prensa por los artistas -la compañía cuenta con 154 bailarines permanentes- y la dirección de la Ópera indicaron que el expediente, complejo, no databa de ayer. Los primeros, algunos de los cuales contaron la situación en su cuenta de Instagram, mencionaron que Paquita tuvo que ser cancelado “tras un movimiento iniciado desde febrero de 2023 para solicitar una reevaluación del tiempo de preparación específico para todos [leurs] actividades artísticas dentro de la Ópera ».
Sin una respuesta de la gerencia, el grupo de 95 artistas en Paquita había decidido colectivamente “cumplir con el horario oficial de convocatoria, es decir treinta minutos antes del inicio de las actuaciones”. Tiempo insuficiente, según ellos, para el peinado, el maquillaje, el calentamiento, etc., que requieren de una hora y media a dos horas.. Presentes en la Bastilla, al igual que los espectadores, habían informado que el espectáculo comenzaría con una hora y media de retraso. De ahí la decisión adoptada por la dirección, “a pesar de los esfuerzos realizados para mantener la representación”cancelarla, al tiempo que se niegan, según el comunicado de prensa de los artistas, a que los bailarines se dirijan al público, como lo solicitaron, para explicar las circunstancias de esta velada insólita.
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