El espinoso caso de los recambios entre los Bleus

El espinoso caso de los recambios entre los Bleus
El espinoso caso de los recambios entre los Bleus
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Desde el inicio de la Eurocopa 2024, Didier Deschamps no ha podido -ni querido- rotar su plantilla para dar tiempo de juego a todos. Surge entonces la cuestión de los jugadores que, tras el partido contra Polonia, ahora tienen muy pocas posibilidades de saltar al terreno de juego. Lo suficiente como para crear algunas frustraciones.

Este martes por la noche, pocos minutos después del partido Francia-Polonia (1-1) de la Eurocopa 2024, algunas caras se cierran cuando se acercan al autobús de los Bleus. Ibrahima Konaté o Benjamin Pavard caminan tranquilamente, otros parecen un poco distantes. La decepción proviene del empate sufrido poco antes pero también, para algunos, de la sensación de que la oportunidad de pisar el terreno de juego en Alemania ha pasado.

Efectivamente, hay gestos que no engañan, como tampoco lo son determinadas expresiones corporales. Decir que en estos momentos algunos jugadores de la selección francesa no están satisfechos con su suerte es quedarse corto.

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Suplentes que jugaron poco o nada

Sabemos que uno de los puntos fuertes de Didier Deschamps y de la selección francesa desde hace varios años es el grupo. Y hasta esta Eurocopa, todo había ido siempre bien en la gestión del colectivo.

Excepto que, en general, bajo “DD”, el tercer partido de una competición internacional permitía rotar la plantilla, dando tiempo de juego a los jugadores de menor jerarquía. Esta vez, sobre todo debido a lo que estaba en juego, no fue así. Resultado: tras esta fase de grupos, siete jugadores de los veinticinco convocados no tuvieron ni un minuto de juego (Areola, Samba, Konaté, Pavard, Mendy, Clauss, Zaire-Emery).

Si algunos lo aceptan sin pestañear, como explicó Jonathan Clauss en rueda de prensa hace unos días, otros lo tienen más difícil. “Los jugadores no lo descubren”, observa Robert Duverne, que ha disputado dos Mundiales como preparador físico. “Pero también depende de la personalidad de cada persona”. Estados también. “Hay jugadores entre ellos que son titulares en la Real y ganadores de la Liga de Campeones, titulares en el Inter, el Liverpool o el PSG”, dice un familiar de un elemento acostumbrado a estar en el banquillo. “Pero ni siquiera plantean el tema entre ellos”, asegura este último.

“Hay algunos que no están contentos, no te lo ocultaré. Los que no jugaron, obviamente. Pero eso es normal. No puedo complacer a todos”, admitió Didier Deschamps después de Polonia. Los del entorno de la selección francesa también explican que es bueno que los suplentes no estén satisfechos. Porque demuestra que hay competidores que quieren jugar y ganarse su lugar.

Algunos jugadores se sienten menos considerados que otros.

Pero existe la gestión del día del partido y la gestión del día a día. Entre bastidores, desde hace varias semanas algunos jugadores se sienten un poco excluidos. Las críticas abundan, en particular sobre el contenido de las sesiones, que no son lo suficientemente coherentes a los ojos de una parte de los trabajadores.

Este sentimiento de malestar, para una fracción del vestuario, se ve reforzado por el hecho de que, últimamente, Deschamps anuncia sus composiciones en pequeños grupos. A menudo, los jugadores se enteran de que son suplentes por alguien que no es el entrenador. Suficiente para dar, más allá de opciones no siempre comprendidas, a ciertos jugadores la impresión de ser menos considerados.

Tome sus problemas con paciencia

Aquí es donde entra en juego la dimensión “social”, para evitar que el resto de la competencia se vuelva amarga. “Didier Deschamps intenta en la medida de lo posible tener la misma comunicación con todos”, recuerda Morgan Schneiderlin. El centrocampista, convocado para la Eurocopa 2016, no jugó ni un solo segundo en el camino de los ‘bleus’ hacia la final. “Después de un tiempo, los jugadores que no juegan, ve que están afectados. Es difícil explicarlo y escucharlo para nosotros. Hay pequeñas discusiones, pero no va a hablar todos los días y actuar como psicólogo”. El actual jugador del AE Kifisias (Grecia) había “recibido una bofetada” al no participar contra Suiza, durante un tercer partido del grupo sin apuestas. “Algunos momentos no son fáciles, tienes muchos momentos de soledad, en tu habitación para reflexionar, para preguntarte por qué no estás jugando. Puede haber tristeza, rabia, pero el interés colectivo está por encima de todo”.

“Si los chicos que no juegan no participan en el proyecto colectivo, puede perjudicar a los titulares que están en contacto con ellos. Es muy importante”, añade Alexandre Marles, preparador físico de los equipos franceses de 2010 a 2013. Entonces debemos aceptar o, en todo caso, intentar jugar contra el Paderborn U21 sólo al día siguiente del partido, cuando los titulares se estén recuperando.

Las victorias, evidentemente, también aportan más ligereza y hacen que las decisiones del entrenador sean más fáciles de aceptar. Sin embargo, los Bleus no han tenido éxito desde la primera jornada, contra Austria. Después del partido contra Polonia, sin pronunciarse contra “DD” frente a los micrófonos, algunos dejaron entrever su frustración. “Es complicado”, admitió el monegasco Youssouf Fofana, que hasta ahora sólo ha jugado unos diez minutos. “Je fais partie de ce genre de joueurs qui ont besoin de minutes, de minutes et de minutes… Mais bon il y a énormément de joueurs. On est 25 joueurs. Il y a beaucoup de qualité. Il faut faire avec ce qu ‘se tiene.” “El técnico tiene sus razones, es quien toma las mejores decisiones y no las vamos a cuestionar, no podemos decir nada al respecto”, dijo sobrio Eduardo Camavinga, titular en el Real Madrid y bromista en la Azul.

Llegan los partidos de alto riesgo, suele ser el momento en el que el grupo se aprieta y el pragmatismo aumenta. “Quiero mantener a todos y hacer que todos se sientan preparados”, advierte Deschamps. “Si pudiera distribuir (el tiempo de juego) a todos, lo haría. Pero es imposible. Se necesitan intercambios. Hay cuatro que no juegan en promedio en las competiciones. Ahí no será menos. Todos los jugadores pueden decir que son entrantes.” Pero en el momento de los octavos de final, este discurso corre el riesgo de chocar con la realidad sobre el terreno.

La célula del equipo francés

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