“Hablar basura” y hockey: ¿qué insultos lanzarle a un agitador talentoso como Matthew Tkachuk en la final de la Copa Stanley?

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Cuando Patrick Sharp y Antoine Roussel empezaron a compartir el mismo vestuario con los Stars, el primero se arrojó en brazos del segundo. Sin embargo, sus contactos anteriores estuvieron lejos de ser tan cálidos. Reconocido como un excelente agitador, Roussel había adquirido la costumbre de picotear (¡estamos usando una palabra bonita!). – su antiguo rival cuando jugaba para los Blackhawks.

“Me dijo: ¡Dios mío, estoy tan feliz de jugar contigo ahora!” dice Roussel riendo.

Esto muestra, por tanto, hasta qué punto lo que comúnmente se llama hablar mal (insultos lanzados sobre el hielo) pueden realmente molestar a los jugadores que los reciben.

Foto de archivo Agencia QMI, Martin Chevalier

¿Pero en los playoffs? El fenómeno, bien arraigado en la cultura de ciertos deportes, incluido el hockey, no alcanza su apogeo cuando aumentan las apuestas, creen Roussel y Maxim Lapierre, otro jugador que destacó en este ámbito.

“No quieres ser tú quien vaya a poner en problemas a tu equipo”, dicen los dos analistas a TVA Sports.

“Es más calculado”, explica el ex canadiense, que perdió la final de 2011 con los Canucks. Durante la serie, los agitadores no se limitan a quejarse de todo el mundo. Están tratando de cambiar el impulso.”

No lo “despiertes”

Sin embargo, en esta final, algunos jugadores de los Panthers serían buenos para encender el fuego con algunas malas palabras bien colocadas. Incluyendo a un tal Matthew Tkachuk… que realmente no lo necesitaba hasta el sábado, dada la forma en que iba esta final.


Maxim Lapierre

Foto de archivo, Pierre-Paul Poulin

Lapierre explica que siente el mayor respeto por estos agitadores que también son capaces de acumular muchos puntos.

Pone como ejemplo al delantero de los Panthers, pero también al capitán de los Bruins, Brad Marchand.

Por eso Lapierre cree que no hay que provocar demasiado a Tkachuk en la final. “No quieres ser tú quien despierte así a un jugador y le haga tomar el control del juego”.

Pero Lapierre precisa que, personalmente, podría haber intentado molestar a sus oponentes en el tercer encuentro, para “cambiar la situación”. impulso“, exactamente.

“Perdedor” o “podrido”

¿Y cómo son estos famosos insultos? “Mi lema era que siempre podría encontrarme en el mismo vestuario que el tipo al que ataqué un día”, explica Roussel. Quería poder mirarlo a los ojos”.

“Me gustaba decir ‘eres un perdedor’ o ‘vete a la mierda’. O entras en amenazas. El objetivo es asustar. ¡Pero algunos chicos tenían algunos divertidos que desafortunadamente olvidé! él añade.

Cuando lo escuchamos ahora en la televisión o en la radio, cuesta imaginar que el simpático francés moleste así a sus oponentes.

Roussel imagina, sin embargo, que le gustaba “hacer girar la rueda del equipo de sonido cuando estaba en el hielo”, y que ese lado babeante que lo habita adquirió una dimensión completamente nueva en el hielo. Funcionó muy bien, nos asegura.

“Siempre me divirtió ver que se puede sacar a los veteranos de su juego porque les decimos algo como “estás podrido””, señala Lapierre.

“Pero no es necesariamente cuando hablamos lo que enoja a la gente. Es más bien una mezcla de un tipo que elige y da cheques. Cuando un jugador te taclea seis veces, y la próxima vez te tira algo y te golpea con un palo…”

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